Cowabunga lo será tu puta madre

Retro ¿Amor?: Las Tortugas Ninja para MSX

Escrito por en Retro Amor - 6 julio, 2014

Si hay una piedra con la que tropecé mil veces durante mi infancia y pre-adolescencia fue comprar juegos basados en licencias. Si los tropiezos hubieran sido literales, los dedos de mis pies serían a día de hoy muñones deformes de tanto impacto. Me la colaban siempre: adaptaciones peliculeras, de diversos arcades, de los juguetes de moda. Y me parece recordar que uno de los últimos juegos que compré para MSX antes de pasarme al consolismo fue este juego de las Tortugas Ninja… Y os aseguro que me arrepentí de ello.

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Los muñecos de las Tortugas Ninja fueron un verdadero boom a finales de los 80. Cuando a Mattel se le acabaron las ideas para los Másters del Universo, los juguetes de las Tortugas fueron un excelente relevo y gracias a ellos una generación entera se sabe al menos el nombre de cuatro artistas del renacimiento aunque casi ninguno te sepa reconocer una obra de Donatello. Muchos recordamos con el cariño asociado a la nostalgia a ese Shredder que parecía un yonki y a decenas de muñecos de April O’Neil en su chándal amarillo en las estanterías de saldo de las jugueterías; a pesar de estar más buena que Teela y Evilyn y suponer el respertar sexual muchos adolescentes (tengo un colega que se ponía burrísimo con la April de los dibujos), cualquier niño podía declararte odio eterno si lo recibía como regalo en vez de una Tortuga o el Maestro Splinter.

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La serie de televisión fue la puntilla definitiva para afianzar el éxito del producto y todos consumíamos como locos los productos relacionados con los quelonios mutantes. Había Tortugas Ninja everywhere. Hasta en las Matutano… Y cuando lo vi disponible para MSX en el catálogo Discoplay, hice todo lo posible para hacerme con el cassete.

Entonces ya había jugado alguna que otra partida a ese pedazo de arcade para 4 jugadores, y que el logo de Konami, compañía que también estaba detrás de los mejores juegos para MSX, apareciera también en la caja del cassette ayudaba a que yo solito me creara un hype de la hostia esperando que el dichoso paquetito llegara a casa. No esperaba ni mucho menos algo parecido a la recreativa, ya que hasta los pantallazos que había visto indicaban que era un juego de acción de vista lateral. Y el paquetito llegó… Vaya si llegó…

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La versión de NES del juego de las Tortugas Ninja es harto conocida. Lo que menos personas saben es que los ordenadores domésticos de 8 bits (Spectrum, Amstrad, Commodore64 y MSX) recibimos una versión capada de ese juego para saciar nuestras ansias tortugueras y vaciar nuestras huchas. El planteamiento era el mismo: han secuestrado a April O’Neal (otra de las eternas doncellas en apuros) y Shredder en un ataque de buen rollo nos da la oportunidad de rescatarla si derrotamos al Clan del Pie. La mecánica era idéntica al juego publicado para la sobremesa de Nintendo: explorábamos la ciudad de Nueva York desde una pantalla de vista cenital que se volvía lateral cuando entrábamos en las alcantarillas y edificios visitables, seleccionando a nuestra tortuga favorita para repartir kung-fu entre los ninjas del clan del pie. A pesar de las similitudes, el mapa y las localizaciones eran nuevas lo que daba lugar a un juego menos hijoputamente difícil que su versión de NES, una de las cosas más recordadas de ese título.

Si tu tortuga favorita era Raphael, lo tenías jodido, chaval… La única diferencia entre las 4 tortugas era el alcance de su arma y el de la tortuga del antifaz rojo era absolutamente ridículo. Compararlo con Donatello y Leonardo es como si yo me metiera en un concurso de medirse el pene pretendiendo rivalizar con Nacho Vidal y Rocco Sifriedi. Cuando Raphael era el único que quedaba en pie más valía retirarse con dignidad y empezar otra partida.

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Cuando te dicen que debes derrotar al Clan del Pie a nadie se le ocurre que el 90% de los enemigos que infestan las alcantarillas se parezcan tanto a un ninja robot como a un cactus. Globos oculares gigantes, avispas asesinas, ranas humanoides saltarinas y hasta tíos envueltos en llamas que no guardan ningún remoto parecido con las criaturas de los juguetes y la serie de dibujos. Siempre me pareció curiosa esa manía tan de 8 bits de meterte cualquier cosa como enemigo. Entonces el jugador asumía “si se mueve y no soy yo ¡quiere matarme!”, todo una apología del pacifismo y el buen rollo. Pero chavales, si estáis haciendo un juego de las Tortugas Ninja no hubiera estado de más currárselo un poquito y que los enemigos base fueran algo más acorde con el producto, ¿no?

Y lo curioso es que a nivel gráfico el juego no estaba nada mal: muchos colores en pantalla y bien escogidos y animaciones curradillas, mucho mejor que la mayoría de juegos a los que jugaba. Quizás por ese despliegue gráfico tuvimos que renunciar a cualquier tipo de música y que el apartado sonoro se redujera a cuatro pitidos y crujidos mal puestos. Recordad la próxima vez que os quejéis sobre los 30 FPS, los 1080P y los dientes de sierra que a lo mejor hay gente que os lee que de chaval jugó a videojuegos sin música ni sonido. Esa gente merece un respeto y que no la molestéis con gilipolleces.

Pero el fallo principal de Las Tortugas Ninja fue precisamente lo que no debía fallar en los juegos de esa época: podíamos esperar media hora de carga para jugar con juegos mudos con dos colores en pantalla, con enemigos cutres y gráficos horribles, pero si el juego era divertido se lo perdonábamos todo. Las Tortugas Ninja era un juego lento, difícil de controlar y aburrido, y por eso nunca tuve la paciencia de acabarlo a pesar de ser mucho más fácil que su contrapartida para NES. Los juegos sobre licencias no suelen ser cosa buena y Las Tortugas Ninja para MSX no era ninguna excepción, un juego cuyo mayor atractivo era los personajes que aparecían… Y lo peor es que 25 años después nos espera una peli con Megan Fox y su consiguente merchandising … ¿Cowabunga?

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