La Primera Guerra Mundial llega a los videojuegos

Análisis: Valiant Hearts-The Great War

Escrito por en Análisis - 29 junio, 2014

Mientras existen millones de documentales, películas, novelas y videojuegos ambientados en la segunda guerra mundial, los sucesos de la primera Gran Guerra siguen siendo absolutos desconocidos para muchísima gente. Aprovechando el centenario del hecho que marcó su inicio hace un par de días, Ubisoft se ha puesto una barba de indiegente, ha roto la relación temática bélica=FPS y nos ha traído Valiant Hearts: The Great War.

Lo fácil hubiera sido eso: meternos en la piel y los ojos de un soldado, sea alemán o aliado, y ponernos a recorrer trincheras infestadas de gas matando a todo cuanto soldado u oficial enemigo se nos pusiera a tiro. Pero no, Valiant Hearts es la antítesis de lo que se supone que debe ser un juego bélico. Tanto que las muertes a nuestras manos van a ser algo excepcional durante el juego.

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Emil, un granjero francés cuya hija está casada con Karl, un alemán que se ve obligado a ingresar en las filas germanas, Freddie, un estadounidense que decidió alistarse por los aliados y Anna, una estudiante de veterinaria, son los cuatro personajes protagonistas de Valiant Hearts. Cuatro personajes cuyas vidas se entrecruzan y cuyas historias se aprovechan para darnos a conocer algunas batallas y momentos importantes de la Primera Guerra Mundial.

En cada uno de los episodios podremos leer datos históricos ofrecidos por el History Channel (es de agradecer que esta vez no lo expliquen todo mediante apariciones de extraterrestres) y los coleccionables ocultos encada nivel nos darán más información de cómo se vivía la guerra durante aquellos años.

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¿Y cómo se avanza en el juego si no es mediante la muerte del enemigo? Para Valiant Hearts se ha elegido otro tipo de juego: la aventura gráfica. La trama transcurre a medida que vamos solucionando los puzzles y acertijos que hemos resuelto miles de veces en otros juegos: empujar cajas, mover palancas, girar tuberías, arreglar engranajes, cadenas de favores para conseguir un objeto final… Me decepciona un poco que casi todo el esfuerzo de Valiant Hearts se haya invertido en su maravilloso aspecto estético a lo novela gráfica (no diremos cómic porque tiene una temática seria y por ello ya es una novela gráfica) y no en el propio juego en sí…

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Permítanme divagar un poco y cagarme un rato en las aventuras gráficas modernas. ¿En qué momento dejaron de ser esos magníficos rompezabezas con SCUMM para convertirse en esta sucesión de puzzles de dos piezas? Recuerdo cuando solucionar algunos de los problemas de las aventuras de Lucas Arts o Sierra me hacían sentir como un superdotado, mientras que con las aventuras gráficas actuales me siento como si me tomaran por alguien que tiene serias dificultades para atarse los zapatos. Casi todo se reduce en coger un objeto para utilizarlo un poquito más adelante. Y, no preocuparse lumbreras, si os atascáis (aunque atascarse en Valiant Hearts es más difícil que pasarse Dark Souls con la pantalla apagada) una paloma os recordará que podéis abrir el menú de pistas apretando Select. Sé que los tiempos de Monkey Island no volverán, pero sí un poquito más de respeto por los jugadores que quieren las cosas un poquito más complicadas, que ese “Modo Veterano” disponible en Valiant Hearts que elimina las pistas y los brillitos de los objetos con los que se puede interactuar no es ni mucho menos suficiente.

Menos mal que cuando Valiant Hearts se sale de esos puzzles tan manidos vemos algo más de brillantez, como es el caso de los niveles de conducción, en el que los ataques y explosiones van acompañados de la música y en ciertos niveles de huidas o batallas. Son estos niveles y el acabado gráfico del juego los que más ayudan a que completar las historias de los cuatro protagonistas no sea una tarea pesada.

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Valiant Hearts ha traído la Primera Guerra Mundial a los videojuegos, aunque sea de forma superficial y dejando en las cinemáticas y textos casi toda la carga histórica de los sucesos. Las historias de los protagonistas nos sonarán también de haberlas visto decenas de veces en otros juegos, al igual que los rompecabezas que nos sirven para avanzar. Es un juego que resulta muy atractivo a la vista y que sirve para mantenernos entretenidos un puñado de horas, pero que queda bastante lejos de poder considerarlo un título imprescindible.

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