Electricidad en el corazón

Perfect Stride

Escrito por en Indiegencias - 23 noviembre, 2013

Color. Velocidad. Ese oscilar suave sobre la tabla. Cosas que brillan. Drogas. Saltos imposibles. Más velocidad. Esta música. Fuego. Esta música otra vez. Electricidad en el corazón. Muchos colores. No sé cómo explicaros qué cojones es Perfect Stride. Decir que es otro juego experimental del L.A. Game Space solo os va a ahuyentar. Decir que es lo mejor juego del pack tampoco va a suponer una diferencia. Decir que es un juego de patinaje en primera persona es quedarse solo en la superficie.

Perfect Stride tiene algo de experiencia, de paseo contemplativo al estilo de Proteus o Journey. Provoca placer con el simple hecho de desplazarse en monopatín por un ¿Los Ángeles? psicodélico al ritmo de una banda sonora bien montada. Bien montada, y opcional. En el momento en el que se acaba el tutorial, el juego te propone una lista de canciones, pero te da la opción de poner la música que te salga del fistro. Tu paseo, tus normas.

Controlamos a nuestro avatar con el ratón y el teclado, desplazando el ratón suavemente de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, como si moviéramos el peso de nuestro cuerpo sobre una tabla de longboard. Cuanto más suave y más prolongado es ese movimiento, más velocidad ganamos. Y la relación entre velocidad y placer es directamente proporcional, por lo que he podido comprobar.

Cuando recogemos algunos objetos, el juego nos propone recorridos jodidos por el escenario que debemos completar sin chocar y sin salirnos de la trazada y retos en los que hay que recoger movidas pegando brincos  entre loopings y half-pipes. También nos da la opción de rebobinar à la Braid cada vez que metemos la pata. Pero, insisto, solo el paseo ya merece la pena.

Y la música, joder.

Análisis: Hammerwatch

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