Retro Amor: Jurassic Park (MD)

Escrito por en Retro Amor - 27 febrero, 2013

Jurassic Park Banner

Hoy me apetece reivindicar (otra vez) la vuelta de los dinosaurios a los videojuegos. Estoy hasta los cojones de zombies y marines cachas. Los dinosaurios siguen imponiendo respeto a pesar de llevar 65 millones de años desaparecidos de la faz de la tierra y es imperativo su regreso al mundo del ocio digital… ¡EN EL PÍXEL ILUSTRE QUEREMOS QUE VUELVA LA DINOMANÍA!

A finales de los 80 cualquier cosa pasaba automáticamente a ser mejor si le metíamos dinosaurios. Los Transformers incorporaron a los Dinobots a sus filas, los Dino-Riders triunfaban en las jugueterías y hasta He-Man y Skeletor tuvieron sus propias monturas antediluvianas, pero realmente el fenómeno que desató la DinoMania a nivel mundial fue el estreno de Parque Jurásico.

He man & dinosaurs

La lucha entre He-Man y Skeletor solo podía ser más épica si le añadíamos dinosaurios cyborg

Afortunadamente, en esa época podríamos encontrar más de una adaptación de una película a videojuego que mereciera la pena y Jurassic Park es un ejemplo de ello, con el mérito adicional que cada plataforma contaba con un juego sensiblemente distinto al aparecido para la competencia. Kirkis ya escribió hace tiempo sobre la versión de Master System y yo esta vez hablaré sobre el juego que recibió la MegaDrive.

JP03Como la mayoría de los juegos de hace 20 años, la versión para la 16 bits de SEGA de Jurassic Park era un juego de acción/plataformas de vista lateral. Contaba a su favor con apartado visual alucinante con los entonces apreciadísimos “gráficos digitalizados”, de moda gracias al éxito del primer Mortal Kombat, para representar algunos de los dinosaurios y las imágenes entre fases.

Pero ver un Tiranosaurio Rex rugiendo SEGA!! nada más encender la consola auguraba algo más espectacular. Entonces, al apretar el botón de start y empezar la partida, se nos ofrecían dos opciones. La primera, revivir las aventuras del Doctor Alan Grant, el paleontólogo que ve como su sueño se transforma en pesadilla e intentar huir sano y salvo de una isla llenita hasta arriba de dinosaurios con un desmedido apetito por la carne humana. La segunda: ser un Velocirraptor…

SER UN VELOCIRRAPTOR. La primera reacción de cualquier persona normal debería ser “que le den por culo al Dr Grant… ¡YO QUIERO SER UN PUTO DINOSAURIO!. Sin desmerecer la parte del paleontólogo, controlar un reptil asesino era (y sigue siendo) algo demasiado tentador como para resistirse. Ser el malo normalmente ya es más divertido, pero demostrar a la raza humana que el cerebro del tamaño de una aceituna era suficiente para desarrollar un excepcional instinto carnicero era mucho más de lo que esperábamos para un juego inspirado en una peli, por muy de Spielberg que fuera.

JP01Con esto teníamos dos juegos muy distintos en el mismo cartucho. Tanto el Dr. Grant como el Velocirraptor compartían tanto su motivación para salir de la isla como el temor por el T-Rex, la verdadera cúspide de la pirámide alimentaria. Cada personaje se controlaba de una forma distinta y contaba con fases distintas, a pesar de compartir una ambientación similar.

Ya han pasado dos décadas desde el estreno de la película. 20 años dan para mucho, pero no recuerdo otra ocasión un videojuego me ha permitido ponerme en las escamas de un dinosaurio de verdad, nada de representaciones antropomórficas a lo dibujos animados y tengo que decir que repetiría gustoso la experiencia. Ahora mismo solo se me ocurre Tokyo Jungle como opción para proporcionarme de nuevo la sensación de ser un verdadero depredador prehistórico, opción sin lugar a dudas insuficiente… Es hora de que los dinosaurios reclamen lo que los nazis y los zombis les han quitado.. Es hora de que vuelvan a los videojuegos… Y seguro que somos muchos los que aguardamos con expectación su regreso.

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