Unmanned, la guerra desde otro punto de vista

Escrito por en Artículos - 9 enero, 2013

Se puede decir que hemos visto todas las formas posibles de conflictos bélicos en los videojuegos. Guerras Mundiales, Vietnam, conflictos en Oriente Medio, batallas en tierras soviéticas… Hasta se han escenificado posibles contiendas que aún no han tenido lugar pero que tienen su hueco en la imaginativa popular. Hemos pasado de correr entre trincheras con un rifle sin balas y apuntalando enemigos a base de bayonetazos a manejar complejas herramientas computarizadas donde podemos seleccionar que parte del mapa queremos barrer con un lanzamiento de misiles gracias a satélites espaciales.

De todo hemos hecho ya y aunque las ideas empiecen a escasear, franquicias como Call of Duty o Battlefield siempre tendrán año tras año sus hordas de compradores compulsivos gracias al siempre entretenido multijugador que mantiene a todo jugador enganchado durante un largo número de horas. Es más, se puede decir que lo más destacado de estos títulos es este aspecto. La campaña está ahí pero a los compradores anuales no parece importarles demasiado. Si uno se detiene a analizar la evolución del juego en solitario de este tipo de videojuegos verá que se ha ido introduciendo la narrativa del séptimo arte para darle algo más de viveza a este aspecto. Como si las EA o Activision pretendiesen algo más que vender un juego online.

Se busca cada vez más sorprender a un público que ya tiene la lección aprendida del cine. Es complicado y por ello se busca enfatizar más en lo que mejor sabe hacer el lenguaje de los videojuegos: involucrar al jugador en la historia. Pero, en mi humilde opinión, esto se logra a medias ya que este tipo de videojuegos tampoco nos ponen en situaciones morales lo suficientemente importantes para que la inmersión se logre al 100 %. Tampoco voy a declarar que ésto deba ser así puesto que estamos hablando de un videojuego donde vamos matando enemigos sin ponernos a pensar si esos personajes virtuales genéricos tienen familia o si realmente merecen morir. Esas no son cuestiones para este tipo de títulos donde la diversión es lo más importante y prueba de ello es la gran cantidad de jugadores que tienen.

Pero eso no quita que no nos podamos plantear si estamos haciendo lo correcto o no y prueba de ello es un videojuego gratuito llamado Unmanned, donde nos ponemos en la piel de un militar que trabaja desde un desierto cercano a la Ruta 95 donde controla un UAV (Unmanned Aerial Vehicle) que da nombre al juego y que es un vehículo aéreo no tripulado. El juego nos relata un día en la vida de este hombre desde que se despierta sobresaltado por un sueño. No hablamos de una experiencia de juego típica de los juegos de guerra, ya que el juego desarrollado por Molleindustria (Every day the same dream, Phone Story) nos sumerge dentro de los quehaceres de este anónimo soldado de nuestra época.

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La particularidad de la obra es que la vida de nuestro avatar nada tiene que ver con las peripecias de la figura del soldado que solemos interpretar en la mayoría de shooters. Nada de eso. En Unmanned nuestras misiones consistirán en afeitarnos, en conducir hasta el trabajo y en nuestro lugar de empleo tendremos que seguir mediante el radar del UAV que sobrevuela algún lugar de Oriente Medio a un posible objetivo terrorista. Destaco la palabra «posible» puesto que en ningún momento sabemos a ciencia cierta de quien se trata, simplemente es una sombra más en un día más de nuestra vida.

Todas estas acciones las iremos haciendo mientras nos planteamos ciertas dudas sobre nuestra vida que iremos respondiendo según queramos. El juego se divide en dos pantallas y normalmente en una tendremos las cuestiones a responder, bien sean pensamientos propios o preguntas que nos hagan, y en otra podremos interactuar dependiendo de que acción estemos haciendo en ese momento.

El videojuego, o experiencia interactiva si estáis más cómodos con esa definición, nos plantea cuestiones morales bastante interesantes ya que si nos afeitamos demasiado rápido podremos hacernos sangre y esto repercutirá en nuestro aspecto mientras que disparar a un anónimo extranjero no nos supondrá esfuerzo alguno y no repercutirá en absoluto en nuestra vida. Es más, mientras seguimos al objetivo podemos intentar ligar con nuestra compañera por lo que disparar a objetivos anónimos siguiendo órdenes será parte de nuestra rutina diaria. Hechos cotidianos de nuestra vida.

Según que decisiones tomemos en el día seremos recompensados con diferentes medallas que nos serán otorgadas por méritos como ser un gran jugador de videojuegos (podremos jugar junto a nuestro hijo a un par de shooters), afeitarnos sin hacernos ninguna herida o por ligar con nuestra compañera de trabajo. Méritos nada heroicos, nada que ver con la epicidad de los shooters de guerra, que resumen un día normal en la vida del protagonista.

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Tras terminar el juego, yo vuelvo a pensar en el inicio de la historia. Un sueño donde huimos de diferentes musulmanes cabreados que nos persiguen y donde al final acabamos huyendo de ellos al convertirnos en un avión, probablemente al mismo vehículo aéreo que manejamos cada día. Puede que nuestro personaje si que piense en esas vidas que arrebata sin tener que enfrentarse cara a cara con ellos pero es algo que guarda para sus sueños.

Unmanned es una de las mejores formas para sumergirnos en la verdadera vida de estos soldados modernos que se dedican a bombardear lugares desde posiciones en las que su vida no corre peligro. Si queréis interpretar a un verdadero soldado de este tipo de misiones modernas, el pequeño título de Molleindustria es vuestro juego. Difícilmente otra obra haga tantas preguntas incisivas que dejan mella como este experimento jugable.

Podéis jugar a Unmanned en su página web y también podéis leer una interesante entrevista sobre él en Nightmare Mode.

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