Retro Amor: Dynamite Headdy

Escrito por en Retro Amor - 20 noviembre, 2012

Es muy complicado encontrar obras puras. Creaciones de gran nivel que han permanecido inmaculadas. Impolutas. Impecables. Sin ninguna continuación no deseada que las haga palidecer. Nada de primas feas. Te pones a buscar videojuegos del estilo y pocas cosas vas a encontrar. En un mercado donde la secuela se cotiza a la alta, es algo improbable encontrar títulos que permanezcan en ese estado de integridad. Dynamite Headdy es una rara avis en esto del ocio interactivo.

No quiero aburrir a las masas con el mismo discurso repetitivo pero me sorprende que un juego como Dynamite Headdy no tenga una continuación. Me sorprende porque estamos hablando de un producto fantástico. Una de las obras maestras de los videojuegos y uno de los títulos emblema de Mega Drive. Todo suena muy grandilocuente para ser el segundo párrafo pero cuando escribo un Retro Amor dejo que mi pasión se traduzca en palabras y es complicado buscar defectos en el videojuego de Treasure. Y más siendo un juego bastante infravalorado.

Retro Amor: Dynamite Headdy 2

Treasure. Ay. Probablemente se trate de una de las compañías que más cariño despiertan por el globo. Cariño que se han ganado justamente con una calidad intachable en cada una de sus obras. Cuando Koichi Kimura, Masato Maegawa, Norio Hanzawa y demás empleados de Konami decidieron saltarse la ola y fundar Treasure el 19 de junio de 1992 tenían clara una cosa: no más secuelas. Uno de los principales motivos por los que abandonaron la compañía fue que estaban hartos de desarrollar continuaciones. No más secuelas de Castlevania o Contra para máquinas de Nintendo. Los poseedores de Mega Drive tenían un nuevo motivo para festejar. Treasure fue afín a SEGA y esto trajo alegría y satisfacción para la muchachada seguidora del erizo azul.

No creo que supieran en ese instante el éxito en la crítica que tendrían cada uno de sus juegos. Puede que no vendiesen cartuchos a cascoporro pero es complicado ver otra compañía con tantas alabanzas. Y hacían lo que ellos querían. Juegos únicos. Sin continuaciones donde se pudiera empeorar la materia. Esa soñadora manera de pensar la pudieron mantener durante mucho tiempo. Demasiado para cualquier empresa. Así pues, en el siglo XXI empezaron a desarrollar tímidas secuelas de algunos de sus videojuegos más emblemáticos (Gunstar Future Heroes, Sin & Punishment 2…). Pero volvamos a 1994. Año de lanzamiento de Dynamite Headdy.

Insertamos el cartucho en la consola. Logo de SEGA. La mítica caja de Treasure. Todo en un parco silencio. Una presentación sin música. Únicamente escuchamos los efectos de sonido. Un héroe atípico con la cabeza flotante (antes de que un tal Rayman lo copiara años después) hace aparición junto al nombre del juego en unas rimbombantes letras. Pulsamos start. Algo de música nos llega. Pulsamos start y agarramos el mando preparados para el inicio. Lo que no sabemos es que aún nos queda un poco para jugar.

Asistimos a una presentación que deja patidifuso a cualquiera cuando vemos desfilar por la pantalla una colección de seres bizarros que pululan en un típico escenario (típico por ahora) de cualquier plataformas de la época. Una ristra de nombres de personajes son presentados y escudriñamos como nuestro héroe no puede hacer nada contra un engendro robótico que le agarra para raptarle en un primer lugar pero que acaba siendo desechado junto a la basura. Logramos escapar y ahora sí, ahora empieza. Rápidamente nos hacemos con la mecánica principal del juego. Golpear con nuestra cabeza para sobrevivir. El cansino robot rojo nos persigue mientras intenta secuestrarnos pero logramos sobrevivir al encuentro. Lo siguiente que encontramos es un nuevo enemigo, esta vez un jodido gato, al que tenemos que enfrentarnos mientras el escenario va cambiando continuamente. P-p-pe-ro… ¡Qué locura es esta!

Dos jefes finales nada más comenzar el título. Aún no nos ha dado tiempo a calentar y ya hemos tenido dos duelos importantes (cuando nos acabemos el videojuego nos reiremos de estos «dos duelos importantes»). Ésta es la tónica de Dynamite Headdy. Nunca sabremos a ciencia cierta que va a ocurrir en la siguiente pantalla ya que todo es bastante alocado e imprevisible. Y esto es maravilloso.

Retro Amor: Dynamite Headdy 3

Dynamite Headdy es un plataformas pausado, no es un run & go frenético como fue Gunstar Heroes, o al menos esa es la impresión que Treasure nos quiere mostrar en los primeros compases. Nuestra arma no está en el salto como objetivo de aplastar enemigos, como hacen la mayoría de componentes del género, sino que nuestra cabeza será el arma que usaremos en todo momento. Podemos lanzar la cabeza de Headdy en las ocho direcciones que nos permite la cruceta de control de nuestro pad para acabar con los enemigos o para ayudarnos a alcanzar algún punto alejado al que no llegaremos solo saltando.

De cabezas va la cosa. Dynamite Headdy cuenta con un largo número de power ups en forma de diferentes cabezas a poseer que influyen en la mecánica jugable. Tendremos que hacer uso de las diferentes molleras para poder proseguir en la aventura en multitud de ocasiones mientras que otras veces su uso quedará relegado a ayudar a facilitarnos las cosas. También existen algunas cuyo único objetivo es jodernos un poco como bien logra la cabeza con el gorro de dormir. Esto hace que no seamos descuidados a la hora de ir arrasando con todo power up que encontremos en pantalla.

Estéticamente el juego es una delicia. Es una oda a la imaginación. Que todo esté planteado como un teatrillo permite que multitud de estilos salgan a la palestra sin que desentonen en absoluto. No hay que obviar la imaginativa de todos los jefes finales ya que estamos ante una de las especialidades de Treasure que aquí nos sorprende una y otra vez con enemigos bizarros y entretenidos de vencer. No puedo dejar de hablaros de como se juega con las perspectivas en el título así como de multitud de enemigos u objetos que rotaran dándonos una falsa sensación tridimensional. La esplendida banda sonora que riega toda la obra para mi está en el altar de las composiciones videojueguiles de la máquina de 16 bits de SEGA. HAMOR para nuestros oídos.

Prometí no repetirme pero debo hacerlo. Me sorprende enormemente que un videojuego así no cuente con una secuela y ésto se debe estrictamente a la política de Treasure. Esto me deja un sentimiento contradictorio ya que me alegra encontrarme con un juego tan grande y puro pero por otro lado me jode no poder disfrutar de una continuación que le hiciera honor.

Para mí, Dynamite Headdy es la obra más creativa que ha lanzado Treasure. Bueno, corrijo. Para mi es el mejor juego que ha sacado pero ese es otro cantar. Un juego divertido y emocionante que cuenta con una curva de dificultad bastante ajustada que quizás se desvíe un poco hacia las alturas en el tramo final —las tres fases voladoras son putas, muy putas— pero que igualmente es casi perfecto. Al menos para mi. Ese niño de 9 años que veía desfilar maravillado una serie de eventos absurdos y extraños por la pantalla. Tal como me sigo maravillando con el juego hoy en día.

Retro Amor: Dynamite Headdy fly

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