Retro Amor: Suikoden

Escrito por en Retro Amor - 19 septiembre, 2012

Please, tell me the answer

Is fate unchangeable?

Año 1985. Dos mangas llaman la atención del pueblo japonés gracias a la fuerza que desprenden sus personajes y, en especial, al fuerte apoyo que dan los carismáticos secundarios a los protagonistas de las series. Capitán Tsubasa y El Puño de la Estrella del Norte cautivan a la sociedad nipona y un joven de Hokkaido, Yoshitaka Murayama, queda prendado ante sus virtudes. Año 1995. Konami lanza el primer JRPG de la compañía de la ola que sería exportado fuera de su país, Suikoden. Un equipo formado por apenas doce personas es el encargado de trasladar la historia concebida por los novatos Yoshitaka Murayama y Junko Kawano. Es el primer videojuego que Murayama dirige.

Año 1997. Square lanza uno de los títulos que acabaría formando parte de la historia de los videojuegos y que supone un auténtico hito en Playstation. Final Fantasy VII arrasa en críticas y ventas por todo el mundo consiguiendo que el género JRPG se pusiera en boca de todos. Año 2000. Una tienda de videojuegos de Fuenlabrada situada cerca de El Arroyo tiene un mostrador con juegos de Playstation de segunda mano. Un joven pelirrojo consigue arrebatarle 5000 pesetas a su progenitor para adquirir dos títulos que le llamaban brutalmente la atención. Eran dos «juegos de rol» según definió el vendedor de la tienda y tras Final Fantasy VII este chico decidió que «los juegos de rol» eran su género favorito. Así el imberbe Nelson se hizo con Vandal Hearts y Suikoden.

Suikoden (o Gensō Suikoden) probablemente se encuentre en mi top personal de juegos favoritos. No es el mejor videojuego que he tenido la suerte de catar pero el impacto recibido por este título hizo que la historia de Cloud y compañía —os recuerdo que fue el primer videojuego de rol japonés que jugué en mi vida— me pareciera casi un chiste. Y con ello no quiero lanzar dardos sobre la séptima entrega de la saga más famosa de Square —al que he dedicado muchas horas de mi vida— si no más bien alabar el buen hacer de Murayama y los suyos en esta obra. Suikoden es un juego atípico para lo que vienen siendo los juegos de rol japoneses y uno de los grandes motivos de ello es su historia.

Tomamos el rol del hijo de uno los grandes generales del Imperio Luna Escarlata, Teo McDohl, por lo que hemos vivido una vida sin complicaciones en la capital del imperio, Gregminster. Tenemos un séquito a nuestro servicio que nos cuida y protege, y la compañía de nuestro mejor amigo, Ted. Unos conflictos en el norte de nuestras tierras hacen viajar a nuestro padre a calmar los ánimos por allí y el propio Emperador nos propone que, en su ausencia, vayamos ayudando al Imperio. A medida que vamos realizando pequeñas misiones nos vamos dando cuenta de que la situación de los demás ciudadanos no es tan idílica como la nuestra y que hay algunas manzanas podridas en el propio Imperio. Además, un pequeño grupo rebelde anda incordiando la paz de esta sacra tierra…

Odessa told me that a powerful man who doesn’t use his power is a coward.

Mathiu Silverburg

No hace falta decir que tras algunos giros en el guión que me ahorraré acabamos formando parte de ese grupo rebelde —Liberation Army— en pos de la liberación de la región. En cuanto conseguimos nuestro cuartel general empieza el verdadero juego ya que tendremos que ir realizando diversas misiones para lograr la amistad de diferentes personajes que debemos conseguir que acaben bajo nuestra bandera. Conoceremos poco a poco los diferentes pueblos y razas que habitan en este mundo e iremos descubriendo la realidad sobre el Imperio que hemos decidido derrocar. La temática social aquí cobra importancia ya que tendremos que lidiar con problemas raciales entre elfos, kobolds, enanos y humanos. El típico mensaje de «todos cabemos en el mundo, seamos como seamos» aquí es premisa.

108 es el número fetiche de la saga y también es el número de personajes que podemos llegar a reclutar. 108 personajes que emanan mucha carisma. Aunque la cifra asusta, realmente no es tan complicado conseguirlos ya que la mayoría de ellos se nos unirán gracias a las diferentes misiones que hemos de realizar y otros tantos nos los iremos encontrando por el camino y con tan solo hablarles ya se unirán a nuestra causa… excepto algunos casos concretos en los que tendremos que currárnoslo más (Hola Crowley). En ningún momento estamos obligados a reclutar los 108 personajes del juego y podemos pasarnos el juego sin problemas. Eso sí, si alcanzamos el número propuesto nos encontraremos con más de una agradable sorpresa en el tramo final.

Your true power comes from colleagues with whom you share your ideal.

Leknaat

Cuando digo que Suikoden es atípico me refiero a que no estamos ante la historia genérica que enfrenta las fuerzas del mal y del bien. En nuestro propio ejercito tenemos piratas, ladrones y más gente de dudosa moralidad que ahora lucha a nuestro lado. Igualmente el Imperio tiene en sus filas este tipo de personas pero también está formado por individuos honorables como pueden ser la mayoría de generales, nuestro padre incluido. Es más, el propio Emperador no es el mal encarnado ni mucho menos. Simplemente es que no ha podido superar la perdida de su esposa y esto ha hecho que se deje influir por cierta hechicera un tanto manipuladora. El amor jodiendo. Como siempre.

El sistema de juego también influye a que Suikoden sea un título muy recordado. Además de las típicas batallas por turnos que disputaremos con la mayoría de enemigos que nos encontremos, el videojuego de Konami incorpora grandes batallas entre los ejercitos (no os esperéis nada algo como la saga Total War) haciendo que la importancia del conflicto sea aún mayor así como épicos duelos de uno contra uno que seguramente dejen a más de uno con el culo pelado. Estos dos nuevos conceptos de batalla se basan en el típico sistema de piedra, papel o tijera que tanto usan en los SRPGs. No me gusta contar detalles de la historia pero sería ridículo obviar legendarios duelos como el de Pahn y Teo McDohl que además supone un punto de inflexión en el devenir del título y que me sorprendió la segunda vez que lo jugué ya que ahí descubrí que era posible vencer el azaroso duelo. Tampoco me he de olvidar del duelo de este último contra nuestro personaje, su hijo. La carga sentimental que derrocha el título tiene en este enfrentamiento a uno de sus bastiones.

The greatest joy a father can experience…. is to see his son … surpass him!

Teo McDohl

Es complicado seleccionar uno solo de los motivos por los que me encandila tanto esta saga y este juego en concreto. Creo que lo bueno de Suikoden es esa sensación de que todo lo que ocurre está sujeto bajo algo aún más grande (la historia de las 27 runas verdaderas); de que hay muchas más historias que sabremos de oídas (toda la guerra de la sucesión anterior al Imperio Luna Escarlata) así como que hay más madera que cortar tras las murallas que nos impiden viajar a otros lugares de un inmensurable y desconocido mapamundi del que únicamente recorreremos la región en la que se disputa el conflicto. Esto hace que el jugador se quede con ganas de conocer más y más de este universo ya que solo hemos tomado un trozo de la tarta, falta el resto. La llegada de Suikoden 2 me confirmó esa sensación y poder jugar a Suikoden 3 únicamente lo agrandó.

Pero aunque esta sensación de conflicto enorme sea uno de los ejes argumentales del título, por otra parte tenemos el viaje del héroe y su runa, la devoradora de almas (Soul Eater). No sabremos demasiado gracias a nuestro callado protagonista pero los geniales secundarios de los que hace gala el videojuego nos irán transmitiendo el pesar que le produce al primogénito McDohl el hecho de portar una de las 27 runas verdaderas que le da gran poder pero que le arrebatará a sus seres más cercanos. No puedo hacer otra cosa que pensar en la literatura de Moorcock y en concreto en el desdichado héroe Elric de Melniboné y su espada, Stormbringer, que guarda mucho parecido con las desdichas que sufre nuestro protagonista y su runa maldita. La vida y la muerte fluyen en Suikoden y el hecho de que casi cualquiera de nuestros aliados pueda morir permanentemente en batalla remarca esta tenebrosa sensación.

Suikoden fue uno de los primeros JRPGs en llegar a Playstation y es uno de los más recordados del catálogo. No por el hecho de llegar antes si no por suponer un precedente con una historia adulta que me impactó cuando contaba con unos tiernos catorce años y que seguro que ha impresionado a todos aquellos que miramos con tristeza una saga abandonada por su propia compañía. Suikoden es un juego para disfrutar más de una vez, los innumerables detalles que tiene lo aseguran y mis seis o siete partidas jugadas —menuda época en la que teníamos tiempo libre eh— lo demuestran. Es el inicio de una de las mejores sagas de la historia de los videojuegos y tiene una banda sonora para la posteridad. Disfrutad de Suikoden aquellos que no lo hayan hecho nunca, será una experiencia que recordaréis por siempre.

Even at his most powerless,

man’s existence is never without meaning.

Genso Suikoden

Card Hunter es una mezcla muy loca que parece funcionar

Preguntas sin respuestas #23