Análisis: Pro Evolution Soccer 2012

Escrito por en Análisis - 23 marzo, 2012

Al referirme a Rantamplán y a los dobermann de Magnum PI, quise insinuar que este Pro es capaz de lo mejor y de lo peor. Se nota que está hecho con pocos recursos -mucho mejor aprovechados que en ediciones anteriores, eso sí- y con más prisa que el Conejo Blanco del País de las Maravillas. Por un lado tenemos el motor gráfico de toda la vida -el que instaura PES 3- parcheado hasta la médula. Como en los anteriores PES de nueva generación, las animaciones de los jugadores parecen recortes de photoshop. Eso sí, en esta ocasión la mayoría de ellas están mejor ligadas; no lo digo ya por cómo esta mejoría repercute en el aspecto gráfico, sino por cómo ello influye en el juego. Al margen de retomar la buena respuesta del pad (ya era hora) que tuvo la saga en sus mejores días de gloria, es uno de los aspectos que suman para que este título destile una extrañísima, seductora y muy cabrona mezcla de simulador y arcade.

Lo peor son algunos detalles, demasiados, de absoluta dejadez. Hay un montón: desde los comentaristas -que aún siendo otros, mantienen la mayoría de líneas de diálogo de hace por lo menos ocho años- pasando por la ausencia de amonestaciones arbitrales tras aplicar la ley de la ventaja y el extrañísimo sistema de cansancio acumulado de los jugadores. Esto último, que se agudiza jugando al modo Liga Master Online, es lo más alarmante -los futbolistas titulares, especialmente centrales y delanteros, tardan una eternidad en recuperar su stamina (en ocasiones media temporada, por lo que recomiendo fervientemente desactivar esta mierda… en caso de que juegues a un modo que te lo permita, ésta es otra)- junto a los porteros. Con el juego básico, sin descargar la versión 1.3, los porteros se comportan como un Judas capaz de vender a su madre por un puñado de dólares. Alternan paradones a bocajarro con cantadas dignas de Pavarotti . Con el parche mejora, sí; siguen cantando en ocasiones, pero lo justo para dar más emoción al juego. Lo malo de los porteros -y esto va tanto para Konami como para EA- es que todos son iguales. No me refiero al físico ni a las cualidades determinadas por los stats de cada uno, sino al estilo. Todos responden con las mismas animaciones -que en el caso de PES 12 son prácticamente las de siempre- y no hay distinciones entre las maneras de lanzarse o salir de la portería entre, por ejemplo, Casillas y Carrizo (de escuela argentina, con esas inimitables salidas hincando la rodilla y aguantando el mano a mano al delantero). Llama la atención teniendo en cuenta el esmero con el que representan el sinfín de regates característicos del resto de jugadores de campo.

En vez de programar a unos porteros como D10S manda, en Seabass se lo pasaron pipa añadiendo las cinemáticas más patéticas vistas en el último lustro

Otro punto que huele que alimenta es el de los stats. O los japos de Seabass (también va por vosotros, EA) se asesoran fatal, o no tienen ni idea de fútbol. Calibrar con números el comportamiento de un futbolista real es una quimera, sí. Lo que no es de recibo es que sigan puntuando a la baja los stats (sobretodo los referentes a la velocidad y al físico) de los jugadores pertenecientes a equipos modestos. Más cuando disponen de las herramientas necesarias -los stats de PES responden y simulan de putísima madre- para que los jugadores del Osasuna o del Novara (por ejemplo) no corran como tortugas y el equipo siga manteniendo su condición de modesto. Es cuestión de calibrarlo bien. En ese sentido, si eres un quisquilloso como yo con estos temas, te recomiendo sincronizar los stats con los de la comunidad de PES Database. Tu PES 12 se convertirá en otro juego. Hasta aquí la mitad Rantamplán del juego. Ahora viene la parte dobermann.

¿Quién quiere licencias reales cuando puedes disponer de un editor que, entre un sinfín de posibilidades, te permite decorar tu estadio con Moais del Gradius?

La IA de este juego es la hija de zorra más grande que he visto en mucho tiempo, al nivel de las viejas e hyperdopadas recreativas de SNK, Namco y compañía. Y eso me excita. Cada partido -siempre que optes por una de las dificultades Estrella o Leyenda- está envuelto por la incertidumbre y las remontadas históricas están en la orden del día. Ir ganando 3 a 0 puede ser un resultado no fiable aunque estés dominando el partido; ya que si le das una excusa a la bestia, ésta huele sangre y dopa a los jugadores de mala manera hasta que se consuma la remontada mientras que a tí te embarga un rabioso sentimiento de injustica. O lo que es lo mismo, te quedas con cara de memo.

Efecto Konami On Fire. ¡Siente el Villarato Seabassarato en tus propias carnes!

Puede que en un principio, este dobermann asesino y cabrón que es la IA de PES 12 te deje con sensación de timo. Eso será porque todavía no habrás adiestrado correctamente al chucho. Es decir, no dominas los mecanismos que evitan que todo esto que estoy comentando no sea simple y puro dopping para elevar la dificultad de una manera gratuita… eso que en PES se conoce como el temido efecto Konami. Y requiere su tiempo, ya que muchos de estos mecanismos no son los mismos que los vistos en anteriores entregas. De entrada el sistema defensivo a cambiado completamente, acercándose más al de FIFA. Para exprimirlo a fondo y evitar que te cosan tanto a contraataques como a asedios en estático con la IA (o un jugador que pilote) desbocada, -y dando por sentado que dominas todos los comandos disponibles ingame, tanto en ataque como en defensa- antes debes aprender a situar correctamente a tus jugadores sobre el campo y perder un buen tiempo elaborando tácticas, modificándolas durante los encuentros y eligiendo a los jugadores según su estado de forma. Es decir, el popularmente denominado efecto Konami está allí, con más fuerza que nunca, pero existen formas de contrarestarlo. Useasé: hay reto, es exigente y -a poco que te guste el fútbol y te emociones como un niñato descerebrado te proporcionará desesperantes momentos WTF y muchos otros que desembocarán en celebraciones desaforadas propias del más estúpido, feliz y deshinibido de los simios. Lo dicho, PES 12 me despierta sentimientos parecidos a como lo haría un chucho esquizofrénico.

¿Abogado? Abogaaaaaaadoooo…

Dejo como conclusión esto último (lo del perro esquizofrénico, no lo del esquizofrénico de la foto). Soy consciente de las múltiples cuestiones que me dejo fuera del tintero –el generoso número de selecciones nacionales, el acojonante parecido de los jetos, el nuevo sistema de control en ataque con el que podemos controlar a varios futbolistas a la vez, diferencias entre modos de juego, etc– pero no acabaríamos nunca. Así que si alguien se ha quedado con dudas o tiene ganas de hacerme perder el tiempo, estaré encantado de respondérselas en los comentarios.

Respecto a la nota diré que ha de valorarse como lo que es: la nota de una de las tropecientas actualizaciones de un videojuego de fútbol. No voy a entrar al trapo de determinar su grado de originalidad porque no procede. En mi opinión y según nuestro criterio de puntuación, tiene un poco (no puedo determinar las proporciones; depende del día y de mi estado de humor) de Pedo propio (4), de Postá-bien (6) y de Raúl González Blanco (7). La media es indeterminable, así que seré generoso, me ahorraré a los fantasmitas del Pacman y cerraré el análisis con una foto que a buen seguro será lo único de él que emocione a Andresito.

Lo que acabo de hacer se llama eufemismo. Una manera de poner nota guay a un juego que sabes que no lo merece, pero que te mola a dolor y no lo quieres reconocer. O lo que es lo mismo, mear fuera de tiesto y disimular. ¡Sí! Además de ser casual, soy cobarde… ¿Y qué? ¡Qué cojones! Ahora me he venido arriba. Mirad la nota hasta que os sangren los ojos y lanzadme piedras, mamones.

Raciones de epildoritas #62

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