Retro Amor: Sonic CD

Escrito por en Retro Amor - 30 enero, 2012

Siempre he sido muy fan de Sonic desde que era pequeño y lo jugaba en Mega Drive durante horas hasta que entraba al cuarto mi señora madre y tiraba de cable para quitarme del vicio de la consola. De los Sonic clásicos jugué a todos incluyendo los de Master System porque se lo chorimangaba a mis primos y el de Game Gear porque me compré la consola, pero los juegos se los chorimangaba a una vecina: supongo que por eso es por lo que ahora no se deja meter ficha en el ascensor. Como Mega CD no la compró ni el tato, el chorimangarle el juego a alguien se estaba volviendo imposible por lo que no me quedó otra que traumarme con esa temprana edad mirando la intro estilo anime (muy hamorosa, por cierto) en una pantalla de El Corte Inglés. Ahora se me ha presentado la oportunidad de comprarlo en PSN y ni me lo pensé.

Fuera ya de historias traumáticas, y de vecinas que no quieren saber nada de mi pene, lo primero que tienes que saber al jugar a Sonic CD es que no es un Sonic normal pese a ser de los de toda la vida. Si, vale, mantiene la premisa clásica plataformera de «ir p’a la derecha de la pantalla como loco y salta sobre los enemigos para matarlos», pero son muchos los elementos que lo hacen raruno, ya sea por su estética psicotrópica LDSiana, por su mecánica de viajar en el tiempo a lo Marty McFly pero sin DeLorean o porque es bastante más difícil que los demás.

Niveles de bonus, tan jodidos como inútiles… Las esmeraldas no te dan ningún poder

Poco puedo hablar que no sepáis de los juegos del erizo y por si acaso no conocéis de que van deberíais leeros el Retro Amor de gamboi sobre Sonic, por lo que directamente me paso a la chicha que es lo de viajar en el tiempo ya que sobre la estética del juego, distinta a los demás, se pude definir como estilo Agataruizdelapradesco… y ya.

Mientras que en un juego normal de Sonic te encuentras con que cada escenario o nivel está dividido en dos o tres actos, en este juego cada acto tiene varias formas distintas, dependiendo del momento histórico en el que estés. Mientras recorres el nivel te encontrarás carteles que tras pasar por delante de ellos y manteniéndote en movimiento unos segundos, habrá una cinemática verde fosforescente capaz de provocarle epilepsia a un niño japonés (esos niños deberían ser inmunes a ella…) y viajarás al futuro o al pasado, dependiendo del cartel que hayas cruzado.

Eclosión de colores pixelados directos a tu mente cuando viajas en el tiempo

Si viajas al pasado el escenario cambiará y retratará el momento en el que empezaba a haber robots enemigos por ese «mundo» por lo que te encontrarás menos enemigos y un escenario más natural que los pechos de Scarlett Johansson (espero). Si estando en el presente viajas al futuro te encontrarás con un mundo plagado de enemigos y muy mecanizado. Hasta ahí, alguien que se pase el juego por encima se quedaría tan pancho porque viajes a pasado o futuro, con que tires p’alante te vale para pasarte el juego en un ratillo, pero resulta que la cosa tiene más miga de lo que parece.

La diferencia principal de este Sonic, a parte de la del fenómeno McFly, es que no deberías ir enfarlopado a la meta, si no que deberías tomarte tu tiempo para recorrer el nivel. ¿Por qué? Porque en cada «pasado» hay una máquina que fabrica robots que si te la cargas cambiarás los escenarios del presente y del futuro. Es decir, si te cargas la máquina en el pasado cambiarás el presente de tal manera que apenas habrá enemigos y estará plagado de animalitos saltando por lo que crearás un futuro mejor, algo así, para que me entendáis, sería como viajar en el tiempo a la Telecinco de las Mama Chicho y reventarla para crear un futuro mejor. Lo único malo es que se mantendrán los precipicios y los pinchos para joder un poquito, no vayas a pensar que puedes sacarte el pene y golpear con él al mando completar un nivel en el que apenas nadie te ponga resistencia.

Lo siento, es hablar de viajes en el tiempo y es inevitable poner cosas así…

Sólo en el primer nivel (como es lógico),  esa máquina es fácil de encontrar. Verla en los niveles posteriores te puede desquiciar más que la gente que no usa auriculares en el metro para escuchar reggaetón. Y no desquicia sólo porque no la encuentres, sino porque viajar al pasado puede ser bastante chungo o que el diseñador de niveles ha colocado estratégicamente a la salida de loopings carteles inesquivables de «futuro» que si no pones freno a tiempo te obligarán a viajar dos veces al pasado para encontrar la máquina. Si completas dos actos con un presente bueno, te enfrentarás a Robotnick en el acto tres en un futuro que parece sacado de My Little Pony en el que vencerle no será muy difícil. Si consigues hacer esto en todos los niveles, podrás ver un final bueno, pero recuerda que conseguirlo será bastante difícil y te llevará numerosas intentonas buscando la máquina a destruir.

Para ir rematando mi desvirgamiento ilustre, comentar que las novedades que trae esta versión de PSN/Bazar son la de incluir a Tails como personaje seleccionable, el poder elegir la BSO japonesa o americana (japonesa muchísimo mejor), un modo contrarreloj y que han adaptado la imagen a pantallas panorámicas por lo que no habrá bordes negros ni un zoom feote que nos quite elementos de la pantalla, como suele pasar.

Sonic CD fue el primero en poner a Metal Sonic, que es el cabroncete que rapta a la ¿novia? de Sonic.

A mí me ha gustado bastante y si os digo la verdad, merece bastante la pena seas o no un talibán del Sonic. No sólo porque haya sido un juego difícil de encontrar en su época o que nadie pillase Mega CD, sino porque cuesta 5€ en la store y viendo cómo está el percal de DLC’s que cuestan eso y que solo traen trajecitos, no se puede dar más por menos provocando satisfacción casi equivalente a la de encontrar en Madrid un garito con buenos precios (5€) en cubatas y sin garrafón (reedición cutre para sacar pasta). NOT BAD.

Indie Game: The Movie

Mercadillo Ilustre Vol. 133