Retro Amor: Freddy Hardest

Escrito por en Retro Amor - 19 julio, 2011

¡Qué Duke Nukem ni que Duka Nukam! Por mucho que nos canten las hazañas del Duke, los auténticos hárdcore players, aquellos que esperábamos 20 minutos de carga para jugar a un juego con 4 colores, unos cuantos años de su llegada tuvimos a su auténtico antecesor Made in Spain pero hecho a imagen y semejanza de los Action Hero de las películas americanas, con su prometedora carrera de actor, su rubia melena, sus esculpidos bíceps, su penetrante mirada, su brillante sonrisa y su mentón cincelado. Y por supuesto, playboy y juerguista. Se llamaba Freddy Hardest.

Freddy Hardest fue uno de los juegos más populares de Dinamic. Estamos en 1.987 y la ilusión de los niños es vivir una película en nuestros ordenadores. Y ahí aparece ese actorazo que es Freddy Hardest y nos mete de lleno en una película de extraterrestres, que es lo que más molaba entonces. Por eso nos lo pintan en la portada enfrentado con un feo extraterrestre en un ejemplo de mímesis con “Enemigo mío”, una de las pelis que lo petaban en los videoclubes, ataviados con dos rollos de película a modo de gorguera.

Y el hijo bastardo de la Estrella de la Muerte y una pecera de fondo

Y, junto a unos créditos en plan película y una corta escena de introducción, en la que veíamos como una nave de 4×4 píxeles se estrellaba en un planeta, dábamos paso al juego. Porque, como el 99% de los juegos de mediados de los 80, el argumento se definía en 2 líneas. El resto era, como casi siempre, avanzar saltando y matando.

Pantallazo del DVD coleccionista con comentarios del director

Y matar, matar y matar… El “respawning” de Freddy Hardest estaba al nivel de lo que se podría llamar “diarrea de enemigos”: no dejaban de aparecer de la nada, del borde de la pantalla, cuando menos te lo esperabas y a la vez, cuando más molestaba. Como cuando andamos sueltos del estómago, si estornudábamos la cagábamos: en ese preve tiempo podíamos vernos asediados de enemigos y morir ya que con un simple roce enemigo veíamos como bajaba nuestro contador de vidas. No podíamos parar de disparar durante todo el trayecto hasta llegar a la base oculta, escenario de la segunda carga del juego.

Tienen pinta de aliens de golosina y robots de cocina, pero son asesinos implacables

Y en la segunda carga, la cosa no mejoraba. Era difícil destruir una base enemiga desde dentro si no dejaban de importunarnos robotejos voladores y extraterrestres hormonados, más dispuestos a partirnos la cara a hostias que no aprovechar su tecnología avanzada para derrotarnos.

La paleta de colores del Spectrum daba un filtro a lo Predator: era jodido ver a los enemigos

Y, pese a la dificultad implícita en el título del juego, Freddy Hardest fue un éxito comercial tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Tal fue su éxito que hasta contó con una secuela: Freddy Hardest en Maniatan Sur, juego que cambiaba la mecánica del primer título para tranformarse en un beat’em up a lo Vigilante que no tuvo el éxito esperado.

También se adelantó a Matrix poniéndose una gabardina 10 años antes que Keanu Reeves

Pero sin, embargo, a pesar de ser uno de los personajes españoles más carismáticos, como el Capitán Sevilla, Gonzalezz, Goody, la pareja de Sol Negro y todas las tías buenas de Azpiri y Royo, eso no quita que cada vez que me dicen Duke Nukem yo piense en Freddy Hardest, que nos protegió de los extraterrestres un par de añitos antes.

¡Fiera!

 

Otra hostia de Capcom a Megaman

Mercadillo Ilustre Vol. 107