Retro AMOR: Wedding Bells

Escrito por en Retro Amor - 4 junio, 2011

Retro AMOR: Wedding Bells

Siempre que hablamos de “los Cartuchos de MSX” nuestra mente va directa a los cojonudos juegos que sacó Konami a mediados y finales de los años 80, pero hubo muchas más compañías que editaron juegos para ese sistema. Wedding Bells era uno de ellos, no especialmente brillante pero, al no tener que esperar los molestos tiempos de carga de los cassete, le dediqué bastante más tiempo del que merecía.

Aunque no lo recuerdo con exactitud,  Wedding Bells apareció entre el montón juegos que me regalaron por mi primera comunión para mi recientemente estrenado (y regalo estrella) Sony MSX. Lo que estoy completamente seguro es que yo no elegí ese juego: la temática nupcial no es algo muy popular para un niño de 8 años por muy videojuego que sea.

Atractiva pantalla de presentación

Sin muchas pretensiones, el juego era un Arcade arcaico, un juego más inspirado en el archipopular Pac-Man como muchos otros que poblaban los salones recreativos y videojuegos caseros en los 80. Si tenemos que encasillarlo aún más, podríamos estar hablando de persecución nupcial: nuestra misión era nada más y nada menos que cruzar la ciudad para llegar a la iglesia y así unirnos en el sagrado sacramento del matrimonio; primero controlábamos a la novia y después al novio, nos casábamos y volvíamos a empezar, aumentando la dificultad a medida que incrementábamos los enlaces celebrados en un bucle infinito tal como era habitual en la mayoría de videojuegos de la época.

Y no hay que dejarse el ajuar desperdigado por las calles

Para evitar el enlace, no teníamos a ex-novios con un ataque de celos/nostalgia, suegras coléricas, los típicos amigotes guasones o parientes varios rozando el coma etílico, sino que nada más y nada menos que cuatro monstruos clásicos: una momia, un hombre lobo, ¿Jack el Destripador? ¿Un vampiro con sombrero? y un risueño fantasma. Ellos eran los encargados de obstaculizar nuestra llegada a la ceremonia, segándonos la vida y enviudando prematuramente a nuestra pareja, que nos esperaba impaciente en el pixelado altar.

Los monstruos clásicos jamás habían sido menos terroríficos

La poca información que he encontrado sobre este título me confirma que era un jueguecillo mediocre, del montón, sin nada que destaque y que seguramente muy pocos recuerden. Pero, mis queridos lectores, no se me ocurría una forma mejor de contaros una cosa:

Aprendí qué significaba «Congratulations» gracias a este juego

Resulta que en el mismo momento que se publique esta entrada, yo estaré dando el “Si, quiero” a una mujer maravillosa que me acompaña desde hace más de 5 años, que me permite perder el tiempo en frikadas y tonterías como ésta y muchas más que cometo día a día, que deje el cuarto de baño como una madriguera de BigFoot cada vez que me ducho, que me deja jugar con la consola siempre que me apetece y que encima se divierte y se ríe conmigo después de todo el tiempo que llevamos juntos. Y como estoy contento y feliz por casarme con una mujer de la que estoy tremendamente enamorado (y que además se viene conmigo a los conciertos, propios y ajenos) me apetecía compartirlo con vosotros.

Así que, si tenéis la ocasión (y si no la tenéis, ya os he dado la excusa), brindad por la pérdida de soltería de vuestro tío Galious, que yo haré lo mismo a vuestra salud (pienso cogerme una mierda como un piano para celebrarlo, especialmente si no me encuentro con ningún monstruo por el camino). Y como última licencia, permitidme cambiar el último pantallazo por algo más adecuado:

Que queda claro: mi esposa está mucho más buena

Raciones de EPIldoritas #28

Mercadillo Digital Vol. 34