De copas con el Duke

Escrito por en Artículos - 23 mayo, 2011

De copas con el Duke

Quince tacos han tenido que pasar para el regreso del Duke. Tres lustros plagados de abortos, ideas desechadas, conflictos internos de no te menees, frustaciones, fakes chungos y promesas que se las llevó el viento… pero al fin llegó; ya está aquí. Y esta vez no es mentira. El Duke ha vuelto y el 10 de junio estará disponible para todos vosotros. Ahora bien, ¿Habrá valido la pena su vuelta a los ruedos? ¿Será un retorno triunfal a lo Muhammad Ali? ¿O patético a lo George Foreman? He de decir que, en general, no soy amante de las puestas al día de los clásicos de ayer. Me debato entre la ilusión generada por la nostalgia y la convicción, dada por la experiencia, de que estas aventuras rara vez llegan a buen puerto (y no me refiero sólo al terreno económico). Pero… ¡Joder, es el Duke! ¡Tenía que darle una oportunidad! Ya en la presentación, el presidente de Gearbox Randy Pitchford dijo algo que cortó en seco la erección con la que asistí al acto. Comparó la reaparición de Duke con la de Star Wars. Malament. Si ese es el baremo, mal vamos. Si este Duke Nukem Forever iba a aportar al universo del Duke lo mismo que La amenaza fantasma aportó a SW, apaga y vámonos.

Foto Duke Nukem Forever

Foto cutre-artist 1: Poster de bienvenida. The man is back.

El evento tuvo lugar en Otto Zutz; legendario antro y elegante night club que fue punto de encuentro obligado de la beautiful people barcelonesa durante los noventa y finales de los ochenta. El que fuese ése y no otro el lugar elegido me dio buen rollo. Fueron muchas las noches de coca y chicas guapas inolvidables que pasé en aquel sitio tan estiloso. Duke iba a aterrizar en Spain con clase. Una vez allí, antes de darnos paso a la conferencia de Pitchford, la peña de 2K y Gearbox nos obsequió a los múltiples asistentes con birra un refrigerio; al mismo tiempo que nos advirtieron de la inconveniencia de grabar o hacer fotos a cualquier imagen del juego, ni tampoco al mandamás de Gearbox. Nos hicieron pasar a una salita y allí Pitchford soltó su vendida parlamento.

Duke Nukem Forever 2

Foto cutre artist 2: rememorando viejos tiempos en el Otto (Loocking back for those ethylical days with a lot of sex in Otto Zutz)

Llamadme mal pensado, pero nunca me he fiado de esta clase de presentaciones entusiastas; no tienen sentido. Son como los making off; sea cual sea la calidad de la peli, el «Cómo se hizo…» la dejará a la altura de Ciudadano Kane. ¿Quién va hablar mal de su producto? Pitchford no, desde luego. Nos explicó que han utilizado los mejores motores gráficos para aprovechar al máximo el rendimiento de las plataformas actuales; que el lanzamiento iba a suponer un hito en la historia videojueguil; lo sumamente contentos y excitados que están con el lanzamiento para que los viejos jugadores puedan rememorar su experiencia y los nuevos descubran al Duke; que si hay más humor que nunca; en definitiva… que todo en DNF era awesome (palabra que, junto a epic, utilizó unas 50 veces a lo largo del discurso). Por su puesto, también habló un poco de la historia con la que nos íbamos a encontrar. La acción nos sitúa una década y pico después de la última aventura. Tras salvar a la humanidad, Duke se convirtió en un ídolo de masas e invirtió su tiempo y fama en hacer todo lo que le saliese de los huevos… hazañas tales como escalar el Everest, convertirse en campeón mundial de pesos pesados en boxeo y actor de Hollywood galardonado con un Oscar, follarse a todas las chatis habidas y por haber, abrir el mayor casino de Las Vegas… Duke lo ha logrado todo; todo menos que alguien le hiciese un puto videojuego… hasta ahora. Para su infortunio, cuando ya estaba todo dispuesto para jugar por primera vez a su propio videojuego, los extraterrestres vuelven a invadir la Tierra. Esta vez con la intención de preñar a la hembras humanas y convertir a los machos en gorrinos. Contado esto, Pitchford dio pasó a un chaval bastante majo que jugó uno de los niveles principales del juego.

La peña metida en faena (en inglés: Pipol insaid the faening)

Han puesto mucho esmero en enfatizar el humor políticamente incorrecto que ha caracterizado siempre a esta parodia del cine de acción de los 80. En todos los escenarios, cien por cien norteamericanos (casinos, hamburgueserías, estadios de Football, etc…), existe alguna referencia o algo que hacer que nos recordará que estamos jugando a Duke Nukem. Ya sea un paquete de carne de perro cuya etiqueta reza «lo mejor de China», las frases lapidarias del Duke al pelar a los aliens o bien acciones como lanzar un cagarro encontrado en un retrete público. Ahora bien, tengo dudas sobre si este tipo de humor ha pasado de ser cafre y transgresor a cafre y del montón. A todos los elementos humorísticos que pude observar les faltaba un giro de tuerca para no caer en la reiteración.

En la parte jugable han optado por combinar acción desenfrenada con algún que otro salto y puzzles al estilo «Cariño, he encogido a los niños» (useasé, para acceder a otros niveles tendremos que convertir al Duke en enano), con el fin de ir más allá de las propuestas habituales de los FPS actuales. Leído así puede sonar apetecible, pero lo que vi no me motivó nada. Lamento ser tan cenizo y parecer tan exigente; pero, pese a algún que otro detalle como el zurullo anteriormente mencionado, los escenarios me parecieron poco interactuables y las mini-misiones a realizar nada ingeniosas. Eso sí, veremos enemigos grandes que te cagas, disparos a tutiplén con armas de destrucción masiva de última tecnología, conduciremos 4×4 tipo Monster, veremos a churris en bolas e incluso la minga del Duke cuando mea en una imagen que, en cierta manera, parodia a Heavy Rain. Aburrirnos, no nos aburriremos. El control es simple, la acción directa y la historia promete algunos momentos de humor epic (como diría el bueno de Randy Pitchford). Por otro lado, una de las novedades más remarcables es el sistema de vida. Duke no tiene salud, tiene una barra de ego. Cada vez que nos alcance algún trallazo, a Duke le bajará la auto estima y deberemos realizar alguna proeza (ya sea descuartizar a tiros a un alien, vacilar frente a un espejo o meterle mano a una tía) para recuperarla de golpe o bien esperarnos en algún rincón como gallinas para auto regenerarnos. Esa posibilidad no se lo merecía Duke.

Material de promo (en inglés: Useless things) ¿Os mola mi colcha hippie? Las sabanas son rojas (las negras las reservo para las ocasiones especiales)

Y poco más que contar… salvo que, tras el discurso y la presentación de Duke Nukem Forever, nos ofrecieron un picoteo la mar de generoso (nachos con queso, guacamole y chili; tortilla de patatas; jamón; patatas fritas; y mini-bikinis, aka mini-mixtos) y disfrutar de la demo en diez pantallacas enchufadas a sus respectivas xboxs que habían preparado para la ocasión; además de la posibilidad de hacernos una foto con dos azafatas ataviadas con trajes de colegiala. Algo que no hice por dos motivos: 1. no soy un mono de feria. Soy mono, pero no de feria. 2. Odio las colas. Dejé de practicar mi amado esquí por culpa de las colas que se organizaban en los tele-silla… así que imaginad la ilusión que me hacía tirarme un cuarto de hora para sacarme una foto con dos pibones hastiadas de posar con tanto freakie (no me entendáis mal, las chicas eran muy simpáticas y profesionales y tenían unas tetacas brutales).

Foto cutre artist 3: el picoteo de gratis (en inglés: free picoteing)

No quiero acabar sin antes dejar un mensaje de esperanza para aquellos que esperan ansiosos este lanzamiento. Duke os dará lo que buscáis: acribillar bichacos, tetacas y elevadas dosis de humor bastardo y chulería. Todo lo que vi transpiraba ese genuino sentido de despliegue exacerbado que tienen los yankees y que tan bien saben parodiar ellos mismos. No es original ni tampoco lo pretende; pero promulga el lema bigger, stronger and faster como pocos..

Un juego de tetas y pistolas ¿Qué más quereís? (en inglés: ¡Buy it now!)

Oblivion Edición Quinto Aniversario

Mercadillo Ilustre Vol. 99,5