Retro Amor: Orcs & Elves

Escrito por en Retro Amor - 26 abril, 2011


Hace mucho tiempo le dediqué unos cuantos párrafos a este genial título para teléfonos móviles y Nintendo DS creado por John Carmack —sí, EL John Carmack— que por desgracia nunca recibió el amor que se merece. Hoy creo que es un momento tan bueno como cualquier otro para terminar de rendirle su justo homenaje y quedarme en paz con uno de los títulos para la portátil de Nintendo que más he disfrutado. Por supuesto, si al contrario que a mí no os gustan los RPGs de corte clásico al más puro estilo Dungeon Master lo más probable es que Orcs & Elves os parezca absolutamente infumable a todos los niveles, pero si por el contrario sois de los que disfrutáis de un buen dungeon crawler por turnos deberíais seguir leyendo con atención, quizá descubráis una de esas joyas escondidas que tanto nos gustan.

Al contrario de lo que suele ocurrir en la mayoría de títulos del género, Orcs & Elves tiene una historia y unos personajes excelentes, que nada tienen que envidiar al de muchas grandes producciones de plataformas superiores. El guión, sin ser especialmente complejo u original, nos plantea una situación bastante coherente —y con muchos toques de humor— en la que nuestro personaje tendrá que averiguar cómo demonios los orcos consiguieron entrar en la mina de Zharrakarag y aniquilar a todos sus ciudadanos. Para ello, no obstante, nuestro personaje que está deliberadamente despojado de carisma, contará con la inestimable ayuda de Ellon, una varita mágica parlante que se convertirá en la auténtica protagonista de la aventura. De esta manera el jugador tomará el papel del elfo que, varita/stylus en mano (nótese la metáfora), tendrá que abrirse paso por las peligrosa e interminable dungeon.

Para añadir más inmersión (o identificación con el protagonista si lo preferís) al asunto, toda la pantalla inferior de la Nintendo DS está dedicada a mostrar lo que verías si, en primera persona, mirases directamente hacia tus pies. De esta forma puedes seleccionar armas y objetos del cinto con bastante facilidad, así como por supuesto realizar las magias para las que tendremos que dibujar runas. Bastante destacable resulta también el hecho de que podremos manejar todo el juego exclusivamente con el stylus, lo que hace que jugar en la cama sea terriblemente cómodo. Evidentemente estamos hablando de detalles completamente insignificantes, pero que al fin y al cabo diferencian a un buen juego de uno excelente.

Pese a que todo lo anterior está muy bien y mejora notablemente el resultado final, lo más importante con diferencia de Orcs & Elves es su jugabilidad. Estrictamente por turnos, con movimiento casilla a casilla, un sistema de niveles y experiencia simple hasta el ridículo, y uno de esos niveles de dificultad que sin ser desesperantes te obligan a pensar cuidadosamente cada paso. Sí, habéis leído bien, uno de los puntos que más me gusta del juego es su sencillo sistema de experiencia, que nos irá recompensando cada vez que matemos a una criatura y desembocará en una serie de gloriosas subidas de nivel que tan sólo nos añadirán puntos de vida, para aguantar más palos; defensa, para que los palos nos hagan menos daño; fuerza, para pegar palos más duros; y puntería, para tirar palos a distancia. Es decir, lo justo y necesario para que el juego sea lo más divertido posible sin necesidad de complicarse la vida con atributos y números innecesarios.

Por supuesto, para aprovecharse de este sistema jugable orientado exclusivamente al combate, el juego incluye una variedad de armas más que satisfactoria que nos permite manejar una amplia variedad de espadas, martillos, arcos, ballestas, cetros y, por supuesto, nuestra varita parlante. Además, salvo que juguemos en el nivel de dificultad más bajo, tendremos que utilizarlas prácticamente todas si queremos sobrevivir, ya que como suele ocurrir, cada una de ellas es más efectiva con un tipo de enemigo. Y es que pese a tener que aguantar las embestidas de los monstruos sí o sí al tratarse de un juego por turnos, a poco que le dediquemos el tiempo necesario descubriremos que Orcs & Elves encierra mucha más estrategia de la que aparenta. No es Civilization, claro, pero tampoco es un God of War precisamente…

Como podéis apreciar en las imágenes, gráficamente Orcs & Elves hace honor a su condición de juego para móviles. Algo que a mí, en lo personal, no me desagrada lo más mínimo. Hay títulos, como son estos dungeon crawlers, que directamente no me imagino con graficazos. ¿Por qué? Porque no los necesitan. Los modelos en tres dimensiones bonitos y cabezones mejor se los dejamos a Square-Enix, que a John Carmack y compañía lo que se les da bien es hacer mecánicas que funcionan y resultan jodidamente divertidas. Y si por casualidad tú, que estás leyendo estas líneas, estás pensando algo así como «sí, sí, pero vaya gráficos más horrorosos», corre a pegarte un cabezazo en la pared a ver si se te pasa.

En definitiva, Orcs & Elves es un título perteneciente a un género en extinción, que atesora más horas de diversión y buen hacer que la mayoría de títulos modernos que están saliendo este año para las grandes consolas de sobremesa. Por descontado, soy consciente de que para poder disfrutarlo hay que poseer un bagaje de juego previo que por desgracia no todos tenemos. Ponerse ahora con él, sin haber tocado un Dungeon Master o Eye of the Beholder en tu puta vida debe ser poco menos que imposible. Pero si tienes la suerte de llevar unos cuantos años en esto de los videojuegos o una mente lo suficientemente abierta como para no dejarte intimidar por una mecánica algo anticuada y un apartado técnico jurásico, estás de suerte, porque Orcs & Elves es una pequeña maravilla.

Bien, Sony, Bien

Anonymous sabotea el Club Nintendo