¡Monos al poder!

Escrito por en Artículos - 11 abril, 2011

Abu (Aladdin)
Este pequeño macaco residente en Bagdad, probablemente el último personaje carismático de los filmes clásicos de Disney (excluyo Pixar), puede presumir de haber co-protagonizado dos juegos totalmente distintos basados en un mismo filme. La versión de Capcom para SNES rayaba a la altura de los mejores juegos del género de su época; pero no pudo resistir la comparación con el GOTY que se sacó Virgin de la manga. La filial videojueguil de Branson logró, al menos por unos meses, dar la vuelta a la tortilla de esa ley no escrita entre jugones de pro que dicta: los juegos de Disney son sólo para niñatos o nenazas. A su vez y con la inestimable ayuda de Sonic 2, levantó el ánimo de los usuarios de Mega Drive que vivían apabullados por el espectacular año y pico de despliegue que llevaba, desde su nacimiento, el Cerebro de la Bestia.

Abu, protagonista de bonus stages y de uno de esos pocos game over que te sonsacan una sonrisa.

King Kong
Pronunciar King Kong es evocar a todos los males tristemente habituales de las infames adaptaciones videojueguiles y viceversa. Es, junto a la mona Chita (que en realidad era un chimpancé), el primate más popular de la historia del cine y, con perdón de E.T., la celebrity que peor resultado ha dado en la de los videojuegos. Su primera incursión, una burda imitación del DK clásico, lo dice todo. Por no mencionar los penosos multi-plataforma que salieron con motivo del re-shit remake de Peter Jackson.

El imitado imitando al imitador… looser!

Rey Louie (Libro de la selva)
Aunque parezca que siempre esté de cachondeo, este orangután vive obsesionado por el secreto del fuego. Debe su nombre al gran Louis Prima que, al margen de prestar su voz y su nombre a King Louie, participó en la composición de la banda sonora perteneciente al filme original. En el mundo videojueguil Louie no pasó de ser un mero final boss de acciones rutinarias; pero al menos se benefició de las fantabulosas animaciones que Virgin venía plasmando para Disney desde el éxito del citado Aladdin.

El planeta de los simios (PC, Dreamcast)
Como otros tantos primates cineastas, el Dr. Zaius, Zira y el resto de los simios apenas han saboreado las mieles del éxito videojueguil… es más, se quedaron a años luz de conseguirlo. Su exclusivo lanzamiento para Dreamcast fue suspendido y las versiones para PC y PS distan mucho de lo que entendemos por diversión.

Curious George
Namco, como otras tantas compañías antes y después de ella, se apuntó a esa estúpida tendencia a confundir llevar a cabo un videojuego enfocado hacia el público infantil con uno diseñado para aburrir al mono menos inteligente del reino animal. Tras las espléndidas animaciones del simpático mono Jordi, el cell-shading y la satisfactoria primera impresión general, se esconde un mediocre plataformas de escenarios inexplicablemente vacíos que no plantean reto alguno. En definitiva, no despierta la curiosidad que caracteriza a su carismático protagonista.

Mojo Jojo (las Supernenas)
Jojo era un feliz e ignorante mono de laboratorio hasta que su cerebro mutó de forma desproporcionada debido al accidente que dio origen a las espídicas Supernenas. Su repentina inteligencia le convirtió en un ser desdichado y nunca superó que la Supernenas le robasen su condición de ojito derecho del Profesor Utonium. Amargado, decidió poner su brillante cerebro al servicio del mal y dedicar su vida a arrebatar la vida de las tres hijas del Profesor. Hasta el momento, todos sus planes han fracasado. En el mundo videojueguil tampoco ha tenido demasiada suerte ya que sus apariciones han sido tan discretas como la calidad de los títulos basados en la serie de Tartakovsky.
Como curiosidad, cabe añadir que su nombre es la unión de dos clásicos del santoral simiesco: Mojo y Jojo (el mono amaestrado que Homer roba a su padre se llamaba Mojo y Jojo es uno de los nombres de pila más frecuentes entre los monos circenses).

Monos, monos, monos y más monos…

Rafiki (Rey León y Kingdom Hearts)
A pesar de su avanzada edad, la capacidad profesional de este mandril con rasgos de babuino está fuera de toda duda. Comadrona, mentor, chamán, consejero real… no hay oficio que se le resista. Estas y otras cualidades le valieron una serie de estelares apariciones en la popular saga con la que Square logró hermanar a emo’s y disneynianos de altura.

Gorilas (Congo: the movie)
Ver la peli o jugar al videojuego: dos estilos de tortura diferentes, aunque ambos comparables con la gota malaya. Francamente, ignoro si es peor una que otra; ni amenazado a punta de pistola sabría por cual decidirme. Lo que sí sé es que los responsables de los crímenes perpetrados de llevar a cabo tales sub-productos deberían ser perseguidos para después ser arrojados a la fosa de Carkoon, madriguera del todopoderoso Sarlacc. Con el filme (un delirante pastiche de aventuras en la jungla y acción hi-tech que mezcla diamantes mágicos con gorilas que hablan… un festival del humor, en definitiva), un par de botellas de Stroh y un cargamento de drogas como el que se trincaban Johnny Depp y Benicio Del Toro en Miedo y asco en Las Vegas, te puedes echar unas risas… Por el contrario, para disfrutar mínimamente del título de Sega Saturn (cutre-shooter en primera persona con elementos de vídeo-aventura) se requiere ausencia total de oxígeno. Niños, no lo hagáis en casa.

Chimpancés (Space Chimps)
Ver a estos chimpancés enfundados en sus monos de astronauta (valga la redundancia), me recuerda inevitablemente a Proyecto X, carne de cañón de la sección infantil de los videoclubs de los 80 (por debajo de Los Goonies y Juegos de guerra, pero por encima de Una pandilla alucinante y Los bicivoladores). En fin, sobre la película Space Chimps no os puedo contar nada por que no la he visto y no voy a realizar el esfuerzo; pero sí os diré que el videojuego, disponible para casi todos los sistemas, es un plataformas bastante apañado. Del montón en cuánto a concepto se refiere, pero presentable y satisfactorio para los infantes de la casa (jarcor-gay-mers, abstenerse).

¡Cameos primates!.

Análisis: Mass Effect 2: Arrival

Mercadillo Ilustre Vol. 94