Hasta la polla de los piratas

Escrito por en Artículos - 15 marzo, 2011

Quizás muchos me lapidareis en los comentarios, o me unfolloweareis en el twitter, pero tengo que decir, y que gritar, que estoy HASTA LA POLLA DE LOS PIRATAS. Sé que meterse con la piratería es un tema algo tabú y, si seguís leyendo, veréis que mi intención no es dar la razón a las pobres compañías cuyos directivos este año no podrán cambiar de yate por culpa de la piratería. Esto es una cuestión totalmente personal, mirando la pelusa de mi ombligo como jugador y propietario de varias consolas.

Tampoco voy a ir de santurrón y decir que yo no he pirateado nada. Como muchos, tuve mi dosis de Verbatims con “copias de seguridad” de juegos de PSOne. Pero claro, ahora mismo (y afortunadamente) tengo trabajo y un sueldo y eso me permite comprar los juegos que me apetezcan, más aún desde que conozco los Mercadillos Ilustres. Sin embargo, a pesar de intentar ir “por lo legal”, los Piratas no dejan de tocarme los huevos.

Atención, por “Piratas” no me refiero al que se descarga un juego, un disco o una película, que ya mucha murga se les ha dado sin ser los verdaderos culpables.  Esta vez, con «Pirata» me refiero a la fuente, a la persona que consigue un juego, disco o película, de la forma que sea, la crackea (si es necesario) y la sube a Internet para que todo el que quiera conseguirla sin mas esfuerzo que un par de clics de ratón. Puedo entender que a un Hacker le resulte divertido o desafiante a nivel personal  romper barreras de seguridad, llegar al código fuente o entrar en webs y servidores ajenos para echar un ojo a los datos y futuros proyectos de las compañías o hacer algún tipo de broma. Lo que no entiendo es qué beneficio obtienen haciéndolo de dominio público.

Hay que entender que, ante todo, las compañías que diseñan videojuegos son empresas y, como tales, su objetivo último es ganar dinero. Nadie trabaja por amor al arte en una empresa (otra cosa son los juegos indie a nivel personal), menos aún cuando el proceso de crear un videojuego hoy en día supera a las producciones cinematográficas de Hollywood. Me parece totalmente NORMAL y RESPETABLE que las compañías quieran preservar lo que es suyo y no están dispuestos a permitir que ese producto que les ha supuesto una importante inversión se distribuya gratuitamente a través de Internet. Otra cosa son los cuestionables medios que están utilizando las compañías para evitarlo… Pero eso ya lo sabemos todos.

Sin embargo, pese a que ahora mismo tengo todas mis consolas intactas a nivel de tripas, no dejo de recibir parches de actualización de firmware intentando poner freno a las triquiñuelas de unos cuantos. Actualizaciones que pueden joderme la consola a pesar que no haya hecho nada malo (un abrazo, Kknot!!). Y no solo eso, me vienen que los juegos son caros por la piratería y, además de caros, fragmentados en DLC’s para que solo podamos jugar con juegos originales. Con conexión online obligatoria mientras se juega, con códigos limitados por copia original, con registros online innecesarios, con ridículos DRM, etc.

La PS3 parecía segura hasta hace poco, pero, desde hace unos meses (y por capricho personal de unos pocos hackers) no paramos de recibir malas noticias: nos quitan la posibilidad de utilizar otro sistema operativo (que a mí me la pelaba, pero se ve que a otros no), se nos jode si le hemos cambiado hardware, si usamos piezas no originales… Y los de la XBox también tienen lo suyo, sobre todo ahora que han podido piratear los algoritmos de los MSPoints. Parece que ya no es suficiente poder jugar con las conocidas «copias de seguridad», ya es posible tomar lo que se quiera de las plataformas oficiales de descarga, como el Bazar de XBox 360 o la PS Store. ¿Y a que se traduce eso por el usuario legal? Interrupción del servicio «por mantenimiento», más parches descargables, etc. etc. Las consolas ya no son esas herramientas de ocio automático «plug & play» de hace unos años, y con la conexión a internet cuasi obligatoria de esta generación han acabado de agarrarnos por las pelotas. Recordemos que, si tienes tu PS3 sin actualizar, olvídate de conectarla a internet (desconozco cómo funciona la cosa en XBox), así que, aunque sepas que puede perjudicarte, te tocará pasar por el aro para echarte un Black Ops, pero ¡oh, sorpresa! El Black Ops ya está lleno de cheetos que usan «los beneficios del homebrew» para hacer trampas y desbloquear trofeos.

¿Donde iremos a parar con todo esto? ¿Veremos como los juegos de PS3 van acompañados de un codigo válido para 5 consolas? ¿Volveremos a los cartuchos, más seguros (un poco más pero no mucho; basta ver la Nintendo DS para comprobar que ya no son un muro infranqueable como antaño), pero más caros de fabricar? ¿Mochilas USB como en los programas informáticos? Me pregunto cuál será el futuro, mientras unos enarbolen la bandera del «Homebrew» para que miles de gorrones puedan jugar sin pagar, los que nos gusta recompensar a los creadores de juegos vemos como cada vez se recortan más nuestros privilegios y las ventajas de comprar productos originales son cada vez menores.

Por todo eso digo que los “Piratas” me perjudican como jugador. Aunque mis juegos sean originales (PAL UK casi todos, pero originales), ya no puedo estar tranquilo. En cualquier momento puedo ver como mi consola es bloqueada por un error, por enchufarla a un televisor LG, quedarme sin conexión online por una actualización, sin la posibilidad de hacer copia de seguridad de mis datos o cualquier privilegio que yo consideraba como seguro al comprarme la consola. Mientras haya alguien hurgando en las tripas de una PS3 para revelar vete tú a saber qué código y que quizás a él le resulte un reto satisfactorio, no podré estar del todo tranquilo.

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