Retro-amor: Super Star Wars Trilogy

Escrito por en Retro Amor - 9 julio, 2010

Todavía recuerdo (un par de canutos más y lo olvidaré) la emoción, generalizada entre todos los jugones de la clase, al ver el 96 que Hobby Consolas le cascó al primero de estos tres juegos. Salivábamos con sólo imaginar esas capturas en movimiento… “¡Graficazos! ¡Paletaza de colorazos! ¡Modaco sietazo! ¡Imágenacas digitalizadacas! “ eran algunos de los comentarios que se podían escuchar mientras la revista pasaba de manos en plena clase de alemán. Lo mejor de todo es que, una vez insertabas el cartucho en el cerebelo de la bestia parda, no decepcionaba. Y más si eras un “warie” como yo. ¡Coño, si ya flipaba con la versión de NES , jugando a ésta me sentía como el fucking Al «Montana» Pacino!

Como diría Lord Galious, basta de anécdotas de abuelo cebolleta y sentimentalismos baratos… pasemos a recordar algunas de las virtudes (y los defectos, porqué no) de estos tres juegacos. Y cómo gracias a vuestros elogios me estoy volviendo más chulo que Tony Manero, empezaré por el capítulo 2… como Tarantino.

¿Qué tendrá esa peli para que los hamijos de las Artes de Lucas hiciesen unas adaptaciones videojueguiles tan difíciles de superar? El de NES es uno de los juegos más chungos que he tenido el placer de degustar y el de SNES no andaba muy lejos. La versión de 8 bits, que por cierto presentó unas animaciones mucho más elaboradas que las de su predecesor, era jodidamente imposible… y en caso de conseguir llegar al final boss, los programadores te arreaban uno de los sopapos más contundentes que cualquier “warie” podía soportar (hasta la aparición de Jar Jar Binks, claro… eso fue un seppuku en toda regla para la saga galáctica): ¡¡¡Darth Vader te atacaba con una pistola!!!

¿Vader empuñando un blaster? Cosas más raras se han visto…

Corramos un tupido velo y centrémonos en la versión de 16 Bits… jodida como pocas. El primer Final Boss te lo dejaba claro… si en la peli (maravillosa y piedra angular de todo “warie”… no en vano el guión fue co-escrito por la gran Leigh Brackett, famosa por sus excelsos diálogos de “El sueño eterno”, entre otras pelis de Howard Hawks que ningún cinéfilo debería perderse antes de morir) Luke se las veía con un Wampa, aquí teníamos que liquidar a medio centenar antes de llegar a la cueva y encarar a uno de 25 metros con muy mala uva. Tanta que de poco servía memorizar su secuencia de ataque… para pasarlo debías convertirte en un manojo de reflejos.

Esta es la pantalla que vereís con más frecuencia; acabaréis hasta los huevos de Jordi Pujol Yoda

No obstante, su elevada curva de dificultad no impidió que gozásemos de uno de los mejores juegos de la historia de SNES; un beat’em up de dispara (en siete direcciones; hacia abajo no podías), salta y rasga. Acción por doquier, sprites de considerable tamaño, un diseño de niveles inmaculado, final bosses de leyenda, banda sonora y efectos de sonido de lujo y un chiripitifláutico empleo del mítico Modo 7 eran sus principales virtudes. Super Star Wars y Super Return of the Jedi rondaban el mismo nivel, pero éste destilaba una magia especial. Y es que, al margen de hacértelas pasar putas canutas, fue, es y será un regalo para los sentidos (especialmente si el universo Lucas te hace un poco de tilín… en caso contrario es muy probable que tanto el juego como este artículo te la suden).

Uno de los puntos que más cipotauro me pone de esta trilogía, es el empleo del citado Modo 7.

Modo 7 que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo

Atención: Lo que viene a continuación se puede hacer extensible a los otros dos Super juegos y otros que, como Super Castlevania IV, Super Mario Kart, Pilotwings o Super F-Zero, también supieron aprovechar las bondades de dicha tecnología. Recordemos que el Modo 7 es uno de los inventos más importantes de la historia de la humanidad… ex aequo con los peta-zetas, el papel de fumar y la cola-loca.

La única sensación comparable, a nivel visual (no me vengáis ahora con lo del orgasmo, guarrindongos), al Modo 7 son las películas cuyos efectos especiales corrieron a cargo de Ray Harryhausen y su técnica del stop-motion. Me “hesplico”: tanto el Modo 7 como los monstruitos del maestro Harryhausen no buscan la hiper-realidad; sino ofrecer al espectador una interpretación de lo real de una forma que bien podría definirse como poética.

Harryhausen y sus muñecos; pura poesía

No es nostalgia… ya entonces, a la hora de degustar esta clase de videojuegos, uno podía darse cuenta de las limitaciones del invento; pero aún así, a pesar de las rotaciones imposibles y del pixelado de rigor, se podía (y que cojones, se puede y se podrá) gozar de toda su magia. ¿Porqué magia? Porque sí, coño Pues muy sencillo; lo que no alcanzaba la tecnología, lo hacía la imaginación y el buen gusto. Y es que, para conquistar la cima, no hay nada mejor que carecer de medios y tener que estrujarse el cerebro para lograrlo con estilo.
De esta manera, dicha carencia tecnológica (visto desde el presente, entonces era la crême de la crême) cumplía tres propósitos: A) Sumergir al jugón en la aventura; B) Reinterpretar la aventura con el fin de conseguir A; C) Ocultar con arte, talento y mucho HAMOR (sin chapuzas) los defectos derivados de una tecnología imperfecta. A + B + C = Magia (llámese también “el encanto del truco» o «el truco del almendruco»).

Chewbacca aplicando otra clase de «truco del almendruco»… no es lo mismo, pero le sirvió para ser el único héroe galáctico que logró tocarle las tetas a Leia Organa (o Paca Holgazana, según Galious)

Uno de los ejemplos más claros lo tenemos en las propias pelis de Star Wars. Durante el rodaje de la primera peli (el Episodio IV), un chavalillo llamado George Lucas y un montón de hippies fumetas que jamás habían participado en un rodaje (me refiero al staff dedicado a los F/X) se las tuvieron que ingeniar para alcanzar la visión de Lucas sin la tecnología que a priori tal empresa requería. De esta manera, con un puñado de palitos de polo y mucha imaginación, lograron hacernos creer que veíamos la explosión de la Estrella de la Muerte.

Hippie fumeta jugando con los cacharritos de tito Lucas… ¡Cuánto HAMOR!

Dos décadas más tarde, Lucas (convertido en una versión grotesca de Tío Gilito) nos ofreció una nueva trilogía rodada con todos los medios del mundo. Dispuso de una legión de gordopeceros para recrear de la forma más realista posible su ya malbaratada visión; sustituyendo la imaginación y el esfuerzo por la técnica pura y dura. Lucas ya no se las tuvo que ingeniar más para lograr un resultado concreto; sino que delegó en los gordopeceros de turno (la mayoría de ellos maravillosos técnicos, pero sin criterio cinematográfico) para que le ofreciesen un sinfín de opciones y así sólo tener que elegir la más adecuada. ¿Resultado? Tres filmes mecánicos, sin alma y con el mismo encanto que una intro de Playstation. Muy bien realizados desde un punto de vista técnico eso sí; desde una perspectiva artística mejor ni hablar.

Desde el rancho Skywalker con HAMOR – Desde la casa del tío Gilito sin HAMOR

Pero basta de cine y de paranoias derivadas de mi pasión por el dichoso Modo 7. Volvamos al retro-homenaje a la super trilogía videojueguil.

Ya que podeís visionar todas las pantallas de los juegos cuándo se os antoje gracias a las bondades de la galaxia youtube, no me extenderé mucho más. No obstante, al ser el primero de los tres, vale la pena destacar la habilidad de sus creadores para dotar de acción frenética y variada a un argumento que carecía de la vorágine necesaria para mantener en tensión constante al jugón. En ese sentido, cabe destacar su valentía a la hora de romper con el Canon (sagrado para los “waries” más devotos) y así ofrecernos una galería de enemigos que no aparecieron en las pelis, otros que sí lo hicieron en otras entregas de la saga y otras que sí aparecían, pero de refilón.

¿WTF? ¿RP-209 en la Estrella de la Muerte? ¿Robocop versus Darth Vader?

La fosa de Carkoon, madriguera del todopoderoso Sarlacc; un lugar idóneo para ponerse morena… siempre y cuando no saltes, claro

Comidilla para «waries»: el rival de Chewie en la cantina es el mismo que utilizó R2-D2 para derrotarle en la partida de Holo-Chess

Y sí, también era bastante difícil. Los niveles en sí no lo eran tanto (aunque más de uno que cree ser un dios con el Call of Duty se llevaría un «Zas! en toda la boca» durante el primer asalto), pero la ausencia de passwords y el limitado número de «continues» hacían que pasárselo de cabo a rabo en una tarde fuese una tarea de lo más árdua. Las otras dos entregas sí contaban con los añorados y rudimentarios passwords.

El más fácil de la trilogía supernintendera. Tenía algunos puntos jodidos, como la huida final de la segunda Estrella de la Muerte abordo del Halcón Milenario; pero si ya te habías pasado los otros dos, éste lo podías superar con la punta del rabo sin excesivos problemas. Dificultad al margen, uno de los puntos fuertes del juego era la cantidad de personajes disponibles y un buen número de niveles de conducción que dotaban de mayor variedad al juego.

¡Incluso podremos ser un puto Ewok! ¡»Det luktar flingor har»! (en sueco quiere decir «Aquí huele a cereales»)

Para concluir este retro-amor, tan sólo me resta alabar la similitud (en este caso positiva) de los tres cartuchos paridos por JVC y THQ. Parece un perogrullez, pero no lo es. Da gusto poder continuar la aventura jugando siempre a lo mismo; con una calidad gráfica, jugable, sonora y artística prácticamente idénticas. Con evoluciones lógicas (en el primero Luke no domina el poder de la Fuerza), pero al fin y al cabo idénticos en su estructura y desarrollo. Un «muévete hacia la derecha y mata a todo bicho viviente» en toda regla.

¿3 juegos en 1? No… ¡1 juego en 3! A esto le llamo coherencia

Si tenéis una Wii y os tiran las antiguallas (antiguallas con magia, off course), podéis haceros con los tres por un módico precio. Si no la tenéis, también os animo a que os matéis buscando esta “peaso” trilogía en mercadillos de barrio. Y si sois tan vagos como para no hacerlo, emuladlo “cohone”… que vale la pena. Y si no hacéis nada de nada, que os den por culo le diré a Darth Vader que vaya a vuestras casas para que os atice con su sable láser. En serio, no es coña (y ojo, que ese pibe es de los que te fichan y se quedan con tu cara), tengo línea directa con el señor de las tinieblas.

Darth Vader + Humungus = EPIC FAIL… de esta guisa se presentará en vuestras casas si no me hacéis caso. Palabra de ex-warie…

Hoy da comienzo el EVO 2010

Snake's false friends, Vol. 1