Filmografías recomendadas: Fallout

Escrito por en Artículos - 10 junio, 2010

Filmografia recomendada de Fallout

Civilizaciones destruidas, holocaustos nucleares, escasez de recursos, soledad, polvo y una esperanza que se desvanece. La mayoría de películas post-apocalípticas toman estos elementos como factores comunes que no deben faltar si realmente quieres abrirte un hueco en este género tan interesante como estancado. El sector de los videojuegos no es ajeno a tendencias cinematográficas, y es por ello que vamos a tomar una saga que sirve de referente a la hora de hablar de este estilo y a desmenuzarla para saber como el séptimo arte ha influido en ella. Toma asiento en la butaca para degustar esta nueva sección que inauguramos en El Pixel Ilustre.

Desde que en 1997 Black Isle nos regalase aquella inolvidable primera entrega, ningún juego que lo haya intentado ha conseguido captar tan bien la esencia del cine post-apocalíptico. No sólo por una historia directamente arrancada de aquellas grandes películas que tan de moda se pusieron en los 80, sino por la estética, ambientación y personajes que en su universo se fueron dando cita hasta la tercera entrega de la franquicia. Si nos remontamos a aquella época encontraremos un puñado de películas que sirvieron como influencia a los desarrolladores para crear Fallout.

Caratula de Fallout

Por un lado teníamos una creciente participación de países como Italia y Alemania, en ellos surgieron algunos clásicos como 2019: After the falls of New York, 2020 Texas Gladiator, The New Barbarians o la fantástica Exterminators of the Year 3000 con colaboración española. A destacar también Endgame, que junto con She, posiblemente fueron las primeras en incluir razas alteradas o mutantes en el argumento, idea que funcionó bastante bien en los Fallout. Los largometrajes europeos tenían muchas similitudes en cuanto a concepto y ambientación. Indumentarias de cuero, armas y vehículos futuristas, desiertos, persecuciones, la búsqueda de algún elemento clave por el que los bandos se rompían la cara, caos y violencia descontrolada.

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Pero viajemos un poco más lejos, hasta las antípodas en 1980 y destaquemos como joya intratable y atemporal del género aquella creación de George Miller llamada Mad Max. Curioso que un género que luego se explotaría tanto en Europa y América surgiera de un país que a priori no aportaba tanto a la industria por aquella época. Un jovencísimo Mel Gibson sería el encargado de protagonizar la trilogía que junto con A boy and his dog, adaptación a la pantalla de la novela de Harlan Ellison (I have no mouth, and I must scream, entre otras) estrenada cinco años antes, sentaría las bases de la oleada de lanzamientos que aparecerían posteriormente. Con dos entregas realmente brillantes y una tercera un tanto descafeinada, Mad Max sigue siendo el referente de un estilo del que Fallout ha tomado una enorme cantidad de elementos, sobre todo de la segunda parte, El Guerrero de la Carretera, posiblemente la mejor película puramente post-apocalíptica jamás rodada. Escasez de combustible, saqueadores por doquier, poblados anárquicos y un protagonista carismático encarnado por un actor que se desinflaría con el tiempo eran algunos sus ingredientes.

Mad Max 2 cartel

Fallout siempre ha cogido prestada esa obsesión por los recursos y la tecnología, como genialmente reflejó Richard Stanley en Hardware de 1990, una joyita que mezcló a partes iguales el concepto apocalíptico con el de terror futurista. En un tiempo en el que nada es de nadie y cualquier ayuda por mínima que sea puede ser determinante para la supervivencia, todo vale, y es ahí donde radica uno de los puntos fuertes de este género, que junto con embaucadores paisajes destrozados por la mano del hombre dotan de una personalidad única a la saga Fallout. El legado de Mad Max no sólo se empezaría a extender por todo el mundo, sino que en la misma Australia aparecerían otras películas que aunque no se acercaban al nivel de la trilogía merecen mención, como por ejemplo Hard Knuckle o The Blood of Heroes.

El boom por parte de Estados Unidos no se hizo esperar, y pronto surgieron algunas propuestas que querían plantar cara a Mad Max. El mismísimo Jhon Carpenter buscó a su propio Max, encarnado por un Kurt Russel que terminaría siendo inspiración para la creación de Solid Snake. El resultado, Escape from New York de 1981, se movía por terrenos más urbanos, dejando un poco de lado la estética más purista pero basándose en el descontrol y el pánico para construir una película que aunque quizás no deba ser incluida en el mismo saco de las demás, aportó pequeños detalles a lo que veríamos más adelante. Otro que intentaría convertirse en el Mad Max americano sería Kevin Costner, que con The Postman o Waterworld intentó acercarse sin demasiada repercusión a los conceptos que George Miller había establecido.

hardware

Otros representantes más experimentales fueron The Sisterhood, bastante casposa y con la figura de una heroína con poderes, en donde se mezclaban apocalipsis y misticismo, tomando esta vez como nuevo territorio el espacio exterior. También desde Norteamérica llegaban otras bizarradas como Solarbabies o Def Con 4. No olvidemos que en Fallout siempre tienen cabida algunos guiños a extraterrestres, de hecho, en Mothership Zeta, una expansión de la tercera entrega, tendremos la ocasión de explorar una enorme nave nodriza.

El mundo del manga y el anime tampoco ha estado exento de este tipo de historias, teniendo como referente más carismático Hokuto no Ken, o El puño de la estrella del norte en nuestro territorio. Una memorable obra de Buronson en la que el planeta queda desolado tras la tercera guerra mundial. Ken, el justiciero de turno, haciendo uso de sus poderosas artes marciales, se encargará de poner las cosas en su sitio y abatir a bandas y saqueadores que promulgan el caos capitaneados por Raoh. Mucho gore y escasez de bienes naturales en un manga que ha recibido varias adaptaciones videojueguiles y que en breve volverá a aterrizar en las consolas de nueva generación.

endgame_1

La cosa no sólo se quedó en el boom ochentero ya que poco a poco se fueron sucediendo estrenos relacionados con este género, algunos bastante acertados, otros no tanto. En el primer saco podemos incluir propuestas como la genial Children of Men de Alfonso Cuarón, que nos da un nuevo punto de vista del mundo post-apocalíptico en una historia que gira en torno a una secta suicida y a la ausencia de nacimientos en los últimos dieciocho años. No tan acertadas, aunque igualmente interesantes para los amantes del estilo fueron Doomsday, que respetaba bastante los cánones estéticos y narrativos del género y The Book of Eli, con una buena idea pero con un desarrollo que se va diluyendo a lo largo del film, aún así es bastante fiel a los clásicos y agrega la importancia de la religión entre núcleos de población que, de una manera u otra, están volviendo a nacer. A lo largo del universo Fallout encontraremos también muestras de la necesidad del ser humano por agarrarse a la fe y a la religión. Megatón, con los Hijos del Átomo como representantes, es un buen ejemplo de ello.

Otras propuestas en las que se desmarcan un poco, tanto por su desarrollo como por su concepto, son por ejemplo: The Road, dirigida por John Hillcoat y basada en la novela de Cormac Mc Carthy, un bonito relato sobre la capacidad de lucha del ser humano en esas situaciones tan difíciles que se dan en este tipo de películas, y otras que entremezclan la idea original con zombis o infectados como Resident Evil Extinction. Tampoco nos olvidamos a aquellas con un tufillo a los clásicos de la época como Carriers o Soy Leyenda, donde el concepto del “Yo contra el mundo” sigue estando latente bajo un marco distinto a lo preestablecido.

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Como veis, no son pocas las referencias dentro de un estilo que pide a gritos novedades. Atrás me dejo una cantidad masiva de largometrajes que por su cutrez o poca repercusión no merecen la pena ser mencionados, pero si queréis ahondar en el tema os aseguro que da para mucho y que vais a encontraros con auténticos truñacos de los que marcaron época.

La rumoreada Mad Max 4, esta vez sin Mel Gibson, puede ser la que de un nuevo impulso a estas producciones. Mientras tanto, se disfruta mucho más con cualquiera de los Fallout que con lo que se está estrenando últimamente. Así que ya sabéis, si aún no habéis tenido la ocasión de experimentar por vosotros mismos la crudeza del yermo, este es un buen momento. Si os quedáis con ganas de más, siempre podréis recrearos con algunas de las películas mencionadas al mismo tiempo que esperáis el nuevo Fallout: Las Vegas.

Hasta dentro de poco en una nueva entrega de «Filmografías recomendadas», y no olvidéis dejar vuestras favoritas en los comentarios.

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