Descubriendo... (XXVIII)

Escrito por en Descubriendo... - 8 junio, 2010

En ocasiones, más de las deseables, existen juegos que de antemano son condenados al ostracismo por pertenecer a un género pasado de moda. Basta que algún gurú de las altas esferas o un éxito imprevisto marquen tendencia para que zas!… el género de turno quede aparcado en la memoria y todos los videojuegos posteriores se vean devaluados por el mero hecho de no seguir dicha tendencia. A lo «pasado de moda” también se le suele conocer en muchos medios como “poco original”. Manda huevos… uno de estos días trataré el tema de la originalidad; ahora pasaré a presentaros uno de los casos más flagrantes de videojuego invisible.

big-bang-mini-boxart

Big Bang Mini DS es, hablando en plata, un matamarcianos. Pero no uno cualquiera, no; ya que pertenece a esa rara y selecta extirpe de reinventores de la rueda. Toma los elementos clásicos del género y le suma las novedades justas para que nosotros, los usuarios, gocemos de una experiencia religiosa única. La definición que más y mejor se ajusta al juego es explosión de luces, colores y sonido. En ese sentido, el título elegido por Arkedo y South Peak Games no podía resultar más idóneo. Ya no por el fenómeno que formó nuestro universo, sino por lo que evocan las palabras Big Bang. Fuego, luminosidad, creación, destrucción…

fuegos-artificialesmini

Como un orgasmo

Pero…¿de qué va? A diferencia de otros juegos del género, aquí no dispondremos de una nave común sino de un ente (una hamorosa forma geométrica) que irá mutando a lo largo del viaje que nos propone la aventura. Un viaje que, por otro lado, realizaremos en un tren cuyo trayecto consta de diez estaciones (a su vez divididas en otras 10 paradas; o fases, como queráis llamarlas). Así recorremos parajes tales como Hong Kong, París, el Reino de los muertos, la Sabana africana o el más profundo de los abismos; entre otros. Al margen del modo arcade, también podremos optar por diversos modos (desafío, relax, on-line y algún otro que no he logrado desbloquear) que garantizan la dichosa rejugabilidad.

BBMHongK

Primera parada: Hong Kong

Nuestros enemigos tampoco serán naves o monstruos galácticos; sino globos de colores (sí, como los de las ferias), macabras cabezas aladas surgidas de algún Castlevania, pingüinos jugadores de hockey sobre hielo, faraones que parecen recién salidos de un videoclip de Kraftwerk, máscaras africanas con muy mala hostia, guitarristas con pinta de espantapájaros, algún que otro sosias de Ultraman, cerdos voladores primos-hermanos del Parodius e invasores del espacio exterior con tanto o más carisma que los del planeta Serak, entre otros muchos. La variedad es tan abrumadora como sorprendente. Y no bastará con reventarlos, no; ya que, tras hacerlo, deberemos acudir raudos hacia los ítems (siempre estrellas) que dejen caer con el fin de rellenar una barra (situada en el lateral de la pantalla inferior) que deberemos completar si deseamos pasar de nivel; de lo contrario entraríamos en el más absurdo de los bucles  (es decir, repetiríamos una y otra vez la misma fase).

BBM faraon

Como Abu Simbel… los faraones no están por ostias

Otro de los elementos diferenciales, y este es un punto clave, son las armas de las que dispondremos. Aquí no hay ni lásers, ni misiles tierra-aire, ni obuses que valgan; sino fuegos artificiales tan remolones como los que vemos durante las verbenas veraniegas. ¿Porqué es clave? Porque nuestro propio disparo supondrá un peligro para la vida de nuestro preciado ente; ya que por cada disparo que no acertemos, éste eclosionará contra el borde de la pantalla cual cohete de la noche de San Juan y correremos el riesgo de ser abrasados por sus chispas. Es decir, aquí no vale disparar a lo loco; puesto que, si lo hacemos, nos enfrentaremos a un número de proyectiles realmente obsceno que pondría a prueba los reflejos del mismísimo Valentino Rossi. Por cierto, a medida que avancemos, tendremos la posibilidad de realizar mejoras permanentes a nuestro disparo (cohetes teledirigidos, por ejemplo) y en cada fase obtendremos un poder especial (barreras, bucles, creación de bolas de fuego, etc…) cuya asimilación será vital si queremos superar con éxito los niveles.

BBMguitarras

You’re gonna be a star

Y pensaréis… ¿Qué coño nos está contando este tío que no hayamos visto ya? Ok, cambian la nave por una bolita, los enemigos por una fauna parida por putos frikis y el clásico disparo por un puñado de pólvora que encima nos puede joder.
Y yo os contesto: Aquí no se acaba el pastel.

Estamos ante el juego de DS que, a mi juicio, mejor implementa el control con el stylus que se haya visto hasta la fecha. Sí, hamijos, tanto el movimiento de nuestro ente como los disparos y los poderes los ejecutaremos únicamente con el stylus (si exceptuamos los botones R y L, encargados de las funciones especiales permanentes). Un control tan cómodo como intuitivo y preciso que, si bien no nos costará dominar (resulta tan fácil como encender una cerilla), es uno de los puntos más relevantes del juego. Al margen del peligro que supondrán las chispas generadas por nuestro propio armamento, el hecho de utilizar el stylus tanto para disparar como para desplazarnos con el fin de esquivar la lluvia de fuego y demás cascarrería que nos lancen desde ambas pantallas, exige un control del tempo (disparo – me muevo – esquivo) que lo distingue de otros ilustres títulos shoot’m up. Parece difícil, pero os garantizo que todos disfrutareís como gorrinos; desde el más torpe hasta el más hábil (su curva de dificultad es perfecta; exige pero deja jugar).

Os dejo con un hamoroso vídeo con el que lo vereís todo más claro; supongo y espero (al loro con el documento visual… juego al margen, el precoz analista es de lo más entrañable y diáfano que se pueda encontrar en la red. Es más, destila tanta ternura que me están entrando ganas de llorar).

Esto es hamor por los videojuegos y lo demás son chorradas

Para concluir este Descubriendo, tan sólo me resta alabar hasta la saciedad el diseño de cada fase y su particular banda sonora. Cada paraje goza de un diseño artístico exclusivo, de reminiscencias tan épicas que pondrán la “gallina de piel” al más nerd entre los nerds. De esta manera, nos encontraremos con guiños hacia algunos videojuegos de los años ochenta (la cuarta parada de nuestro viaje, Luxor), zonas dibujados con un trazo esquemático que recuerda a los de Gwendy Tartakovsky (la Sabana africana), luminosas recreaciones realistas de los neones de Hong Kong y una variedad cartoonesca digna de estudio. Puro hamor.

BBMpunti

La imagen es caca; pero os prometo que, en movimiento, esta pantalla os hará trempar hasta límites grotescos

En lo que respecta a la banda sonora, tan sólo os diré que si os ponen palote grupos como Kid Koala, Boards of Canada o el mentado Kraftwerk (entre otras melodias que nada tienen que ver con el techno… o como me comentó un chaval en una fiesta pija, Intelligent dance music; manda huevos… bis), corred a una tienda y haceros con este cartucho. Lo encontraréis a precios irrisorios, oscila entre 15 y 19 €… algo que, si tenemos en cuenta la relación calidad-precio, puede considerarse gratuito (y no me seáis cenutrios… recordad lo discutido en el último 10 motivos para odiar ).

Creedme, vale la pena. Es una joya… pasó prácticamente desapercibida en su día, pero es la puta gloria. Con él alcanzaréis el Nirvana videojueguil. Si todavía no os he convencido, os dejo con otro vídeo que, puesto que no voy a poner nota alguna, refleja a la perfección mi estado de ánimo tras haber descubierto este fantabuloso cartucho.

«Drojas», profanación, churris y juego… un día cualquiera en la redacción de EPI

LNDD: La piratería hacer perder 353.120.980.001 trillones a la industria en general

Análisis: Alpha Protocol