Descubriendo... (XXIX)

Escrito por en Descubriendo... - 19 junio, 2010

Unique Development Studios fue una desarrolladora bastante mediocre. Nacida en 1993 y enterrada en 2004, se dedicó a hacer juegos de escasa calidad y peso en muy diversas plataformas: Dreamcast, PC, Playstation, PS2, Xbox, Gamecube, Gameboy Advance y Gameboy Color. Su título con más renombre fue, muy posiblemente, el videojuego de Futurama que tuvimos la desgracia de ver la generación pasada en consolas de sobremesa. Un producto ramplón que no le hacía justicia a la gran serie a la que representaba. Sin embargo, entre tanta morralla, en 1997 tuvieron a bien crear un divertidísimo juego de carreras que a día de hoy sigue vivo en el corazón de muchos jugones de PC. En otros países se le conoce como Fun Tracks o Bleifuss Fun, en España nos llegó con el nombre de…

Ignition fue mi regalo de cumpleaños en 1997. Un año más tarde lo fue Theme Hospital y uno atrás Duke Nukem. Pero esas son historias completamente diferentes… El caso es que Ignition me cautivó desde el primer momento en que vi su portada, tan amarilla y llena de coches (ya sabéis que así se elegían los juegos antes). Así que cuando por fin en mi casa pude abrir su gran caja de cartón y comprobar que el CD-Rom era igualmente amarillo, supe que el juego no me iba a defraudar. Y no lo hizo. Pese a que un servidor los juegos de carreras, por norma general, le sudan bastante las pelotas, este no lo hizo. Y os voy a explicar por qué.

El motivo es muy simple: Ignition es un videojuego muy divertido. Su jugabilidad coge prestado algunos de los elementos que hicieron famoso a Death Rally y le añade el encantador estilo de los micromachines. El resultado es un título de carreras con perspectiva cenital en el que podemos conducir vehículos tan variopintos como un escarabajo, un autobús escolar, un mini, una flagoneta redneck, una cabina de camión, un coche de policía, un jeep de la cruz roja, un porsche, un camión monstruo, esta brutalidad y el mismísimo Ignition: un coche colorido, veloz como él solo y muy manejable. Cada uno, por supuesto, con sus respectivos atributos de aceleración, velocidad, manejo y turbo. Un turbo que puede ser usado de forma indiscriminada y se va recargando cada pocos segundos. Sencillo, efectivo y muy arcade. Como está mandao.

Echando la vista atrás, las siete pistas que incluye el juego se antojan algo escasas. Pero os juro que hace trece años me parecían una barbaridad. Y no imagináis el juego que pueden llegar a dar gracias a los múltiples atajos y elementos locuelos del escenario, que entre otras cosas te permitían saltar por encima de volcanes en erupción, cruzar cataratas a toda velocidad, saltar desde lo alto de montañas nevadas, o atravesar peligrosas vía de tren. Elementos que en muchos casos recuerdan a los ya vistos en juegos como Mario Kart, pero que por aquel entonces, a un jugador exclusivamente de PC, le dejaban el culo del revés. Y por si os los estáis preguntando, no, no es comparable en ningún aspecto a Wacky Wheels… que por otra parte se merecería un buen retro-amor para él sólo.

Digo que no es comparable a Wacky Wheels y que de Mario Kart solo tiene un aire en algunos elementos, porque a diferencia de en estos juegos, en Ignition nuestra elección de vehículo y habilidad son muy importantes. Mientras que en los primeros una buena racha de «power ups» puede catapultarte al primer puesto en media vuelta; en Ignition la total ausencia de potenciadores y el hecho de que todos los vehículos pueden usar el turbo de la misma manera, hacen que el orden de llegada a la línea de meta dependa exclusivamente de ti, de tu habilidad para esquivar rocas gigantes y de tu estrategia a la hora de usar los turbos.

Por último, en lo referente al apartado visual, que sé que suele preocupar a mucha gente, he de decir que el juego conserva su encanto. Sus polígonos, como es normal, resultan bastante toscos para los cánones actuales. Pero gracias al más que correcto uso del color le ocurre lo que a partir de hoy mismo llamaré «el efecto Mario Galaxy», que básicamente consiste en suplir calidad técnica con buen diseño artístico. Lamentablemente en las escasas imágenes con una calidad decente que he encontrado no se aprecia demasiado que digamos… pero confiad en mi, es bonito.

Si os ha picado la curiosidad por esta pequeña joya de la velocidad en miniatura, lamento deciros que a día de hoy es casi imposible de conseguir de forma legal. No obstante, en este simpático enlace tenéis una demo de siete megas con la que podréis haceros una idea más precisa de lo que supone Ignition. Eso sí, yo en Windows 7 no la he conseguido hacer rular.

La música de Mario a violín... en tiempo real

El Juego del Viernes (XI)