The Human Side of Videogames vol. 2

Gigantomastia. Tras este palabro tan feo se esconde una de las enfermedades femeninas más incomprendidas por el varón medio. Consiste en el hiperdesarollo de las glándulas mamarias, con los problemas óseos y musculares que ello conlleva. Aunque a muchos hombres nos parezca mentira, a veces las tetas pueden ser demasiado grandes. Y si no, que se lo pregunten a Tifa Lockhart.

Ya en la escuela primaria, Tifa se dió cuenta que esos bultos que crecían debajo de su camiseta no era algo normal. Con once añitos ya se había ganado el sobrenombre de “la melones” por razones obvias. Ni las camisetas anchas ni los sujetadores reductores eran suficientes para ocultar ese busto descomunal. Solo un muchacho de pelo rubio se mantenía al margen de las bromas, muchas veces excesivamente crueles, del resto de chiquillos del pueblo.

Durante la adolescencia y hasta en el inicio de su vida adulta, los senos no dejaban de crecer. Ya pasaban el nivel de “tetorras” y se inclinaban peligrosamente hacia la clasificación de “ubres”. Por si fuera poco, las aventuras de Tifa con el grupo Eco-Terrorista Avalancha no hacían nada más que empeorar su estado de salud. Las lumbalgias llegaron a ser tan dolorosas que Tifa no podía cargar con ningún arma debido al peso, teniendo que enfrentarse al ejército de Shinra con sus manos desnudas.

Pero se acabó. Tras derrotar a Sephiroth, Tifa utilizó su parte del botín para ponerse en manos de uno de los más prestigiosos cirujanos plásticos de Midgar. Con ello pretendía no extirpar pero sí reducir sus dos principales problemas.

Tetas de Tifa, os echaremos de menos….