Un día en las oficinas de Gearbox Software

Director del proyecto: “¡Bueno chicos! El final de nuestro trabajo está cerca: Borderlands ya es casi una realidad. Hoy nos toca diseñar el final boss que aparecerá cuando el jugador intente llegar a La Cámara. Tiene que ser algo impresionante, gigante, novedoso… ¿Algunas ideas?”

Diseñador 1: “Yo he estado trabajando en un par de bocetos en casa… ¿Qué le parece esto, jefe?”

Director: “Ehm… A ver, la idea en sí no está mal encaminada, pero… ¿esto no lo he visto antes en otra parte?”

Diseñador 2: “Disculpe mi impertinencia, pero ese es el final boss de Resident Evil 2. Ya sabe, William Birkin hecho un guiñapo…”

Director: “Joder, ¿ya estamos otra vez copiando?”

Diseñador 1: “Lo siento jefe, era sólo una propuesta. De aquí podemos partir y ya después aportar nuestra propia visión en el asunto… Añadirle un bigote por aquí, un par de garras por allá… El arte contemporáneo va un poco de eso, ¿no?”

Director: “Mejor trabajemos con otra cosa… ¿Alguien tiene material diferente?”

Diseñador 3: “Yo también había pensado que sería buena idea arrancar con cosas como las que traigo para después rediseñar a nuestro gusto… Le señalo lo que considero más llamativo.”

Director: “Me cago en… ¿Pero no ves que parte de eso es la base Zerg? ¡Ni siquiera son monstruos!”

Diseñador 3: “Ah, vaya…”

Director: “Está bien, está bien… Empecemos de cero. A ver, tomen ustedes un papel en blanco y dibujen lo primero que se les venga a la cabeza. A partir de ahí, ya veremos lo que sale.”

Diseñador 2: “Hoyga, ya terminé. ¿Qué le parece?”

Director: “¿Un pulpo? ¡¿Un puto pulpo?! ¿En qué escuela estudiaste, macho? ¿A esto lo llamas ‘Arte conceptual’?”

Diseñador 2: “Pues el concepto en sí…”

Diseñador 3: “Yo he hecho esto.”

Director: “Mejor me quedo callado… Tú no tuviste una Game Boy de pequeño, ¿verdad, hijo?

Diseñador 3: “¿Por qué lo dice, señor?”

Diseñador 1: “¡He tenido una idea bestial! ¿Qué les parece utilizar esta foto?”

Director: “Por el amor de Dios, ¡aparte eso de mi vista!”

Diseñador 2: “No creo que sea buena idea. Esa tipa es copresentadora de un conocido programa de televisión y podría demandarnos. De hecho, es muy probable que lo haga. Supongo que así tendría algo para rellenar una de esas tardes en las que no tiene divorcios que anunciar.”

Director: “Sí, aparca esa idea lo más lejos posible de esta mesa, por favor. Necesitamos algo diferente, joder, algo que represente un ente divino, que acojone, destructivo…”

Diseñador 3: “¿Algo así?”

Director: “¡¿Pero es que estamos todos locos?! ¡Eso es el Ojo de Sauron! Los fans se nos podrían echar encima. Y no lo digo literalmente, que con el rollo ese de Sam y Frodo…”

Diseñador 2: “Jeje, muy bueno jefe.”

Director: “No me hagas la pelota, imbécil. Estoy hasta los huevos de ver gilipolleces y ya es la hora de comer… Mirad, juntad todo ese montón de basura como bien podáis, haced un pastiche de todas las ideas y a ver si cuela… Total, el sueldo ya lo cobramos igual. Y ponedle el primer nombre que se os ocurra, pero que no sea nada genérico ni cutre. ¿Entendido?”

[Ojo, spoiler]