Carreras isométricas

Escrito por en Artículos - 27 marzo, 2010

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Antaño, cuando los gráficos en 3D todavía parecían lejanos y las compañías buscaban un revulsivo visual, podíamos encontrar auténticas joyas del videojuego que se agarraron a un nuevo referente artístico. Aunque desde tiempos muy remotos, vacas sagradas como Knight Lore o Head Over Heels establecieron los cimientos de una nueva perspectiva para jugar, lo cierto es que este recurso se siguió explotando durante las generaciones venideras en diversos géneros. Desde los dos primeros Fallout, hasta el FIFA original del 94, muchos fueron los juegos que apostando por esta perspectiva alcanzaron excelentes críticas. Los juegos de carreras no fueron la excepción, y el transcurso de los años nos ha ido dejando títulos muy interesantes cargados de diversión.

Racing Destruction Set

Empezamos a saco con el que probablemente sea el abuelo de los juegos de carrera con vista isométrica. Desarrollado por Rick Koening y publicado en Europa por Electronic Arts, Racing Destruction Set puso una de las primeras piedras en cuanto a la nueva forma de entender los juegos de carreras. Apareció en Commodore 64 y Atari 2600 en 1985 y una de sus principales bazas era la personalización de circuitos y coches. Mediante un sencillo menú podíamos crear o modificar las pistas existentes, para posteriormente probarlas con posibilidad de hasta dos jugadores a pantalla partida. Como veis se trataba de un juego bastante adelantado para su época y del que posteriormente surgirían multitud de clones y remakes.

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Super Sprint

En 1986, Atari Games lanzó la recreativa de Super Sprint, un juego cuyo legado fue realmente extenso, ya que si atendemos al orden cronológico de los lanzamientos, el juego de Atari se adelantó a títulos que muchos consideran padres del género. Fue adaptado para Amstrad CPC, Atari ST, Commodore 64, NES y ZX Spectrum. Existían ocho circuitos en los que teníamos que salir victoriosos tras tres vueltas. Aún así, los circuitos se iban repitiendo, pero añadiéndose nuevos obstáculos que entorpecían la conducción, como manchas de aceite, tornados o puertas. Como más tarde vendría siendo habitual, obtendríamos puntos tras cada carrera que podríamos usar para mejorar distintos aspectos del coche como la velocidad punta, la tracción o el turbo.  Si Racing Destruction Set puso la primera piedra, Super Sprint fue sin lugar a dudas el referente más cercano para otros que llegarían después.

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RC Pro Am

Esta obra de Rare también sería de vital importancia para el aspecto y características posteriores de juegos venideros. En RC Pro Am tomábamos el control de coches teledirigidos para abrirnos pasos por hasta doce circuitos distintos que al igual que en Super Sprint se iban repitiendo con nuevos elementos. Curiosamente, el juego no tiene un final marcado, es posible seguir pasando carreras en un bucle infinito sin que aparentemente lleguemos a finalizarlo. Lucía unos gráficos bastante vistosos y su control sirvió de espejo para sucesores que también heredarían la inclusión de armamento como elemento importante en el desarrollo de las carreras, así como la mejora de las prestaciones del vehículo. Está considerado como el primer juego de carreras en incluir zonas de turbo en los circuitos. Sus sobresalientes ventas en la consola de 8 bits de Nintendo propiciaron el lanzamiento de secuelas, una adaptación para Game Boy y un remake para Mega Drive.

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Super Off Road

Llegamos a un clásico entre los clásicos. Super Off Road hizo su aparición estelar a finales de los ochenta en los arcade de todo el mundo, con un cajón  muy parecido al de Super Sprint, que rápidamente se ganó los halagos de los jovenzuelos de la época, y es que tanto su jugabilidad como su estética rompieron moldes, transformándose en el que probablemente sea título más querido de estas características. La versión original fue creada por Leland Corporation, y fue porteada a numerosos sistemas domésticos, desde Amiga o Amstrad CPC pasando por NES, Master System, Mega Drive, Super Nintendo e incluso por portátiles como la Lynx, Game Gear o Game Boy. Podíamos participar con tres amigos (o cuatro en la versión para NES) en circuitos genialmente recreados que simulaban carreras de 4×4 en pistas cerradas. Era posible mejorar nuestros vehículos invirtiendo el dinero ganado en nuevas mejoras o nitro para así poder superar las cada vez más exigentes pruebas. Con el tiempo recibió numerosas actualizaciones, así como una secuela llamada Super Off Road: The Baja para Super Nintendo, aunque en ella se abandonaba la vista isométrica.

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Rock´n Roll Racing

Otro que se ganó a pulso un lugar en el olimpo. Rock´n Roll Racing cogió la fórmula de juegos anteriores para darle un toque personal inconfundible,  Carreras planetarias aderezadas por música rock, todo ello con un toque de mala leche y violencia. El combate ganaba un papel fundamental en el juego de Silicon Synapse (hoy en día conocida como Blizzard), ya que nuestros coches iban equipados con armas frontales y traseras. Cada vehículo disponía de su propia barra de energía, que iba disminuyendo a medida que recibía impactos o aumentando mientras recogíamos botiquines. También disponíamos de nitro, y al comienzo de cada una de las cuatro vueltas que teníamos que dar a los circuitos tanto este como el arsenal se reestablecía. Era prioritario ganar dinero mediante la destrucción de enemigos y las victorias, para posteriormente mejorar nuestro coche y acceder a nuevos planetas. Existían cinco tipos de vehículo y siete corredores seleccionables, dos de ellos desbloqueables. Inolvidables tardes a ritmo de Black Sabbath, Deep Purple o Steppenwolf en frenéticas carreras que para siempre quedaron grabadas en los usuarios de Mega Drive y Super Nintendo. En 1997 apareció una secuela en PSX que ya poco tenía que ver con el primero y en 2003 Game Boy Advance recibió un remake muy fiel al original.

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Super Skidmarks

También en pleno auge de las 16 bits Codemasters nos regaló un interesante juego de carreras con vista isométrica que aunque no alcanzó la fama de algunos de los más destacados si recibió una buena acogida por parte de la prensa y los jugadores. Se trataba de Super Skidmarks, un juego con un diseño de niveles bastante simpático y distintos vehículos que cambiaban en función del circuito en el que corriésemos. Señas de identidad de este cartucho eran su exigente control y la inclusión de vacas con ruedas en los últimos niveles, una delirante apuesta que sirvió para dar un toque desenfadado al título, alejándolo de las raíces bien plantadas que ya tenía el subgénero. Al igual que en Micromachines, también de Codemasters, Super Skidmarks incluía dos puertos para pads en el propio cartucho, permitiendo partidas para cuatro jugadores sin necesidad de tener el adaptador para cuatro mandos.

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Power Drive

Esta vez nos adentraríamos en el mundo de los rallies de la mano de Rage Software en un juego que explotaba al máximo la capacidad jugable del género. Power Drive nos brindaba una sensación de pilotaje bastante realista y exigente, donde a bordo de numerosos coches, todos ellos modelos reales, teníamos que ir superando las distintas etapas de circuitos que variaban mucho en cuanto a su naturaleza. Parajes forestales, asfalto, nieve, tierra y carreras nocturnas. Dichas etapas se dividían en distintas categorás, existían pruebas de contrareloj, de enfrentamiento directo con un rival o de pericia. Al igual que en casi todos los demás juegos podríamos ir ahorrando dinero para hacernos con un coche mejor o reparar sus desperfectos tras cada carrera. Apareció en PC, Atari Jaguar, Super Nintendo, Mega Drive y Commodore Amiga, y a pesar del buen trabajo detrás del título, a día de hoy sólo es recordado por unos pocos como uno de los juegos más trabajados de este subgénero.

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Racing Gear Advance

Las consolas portátiles tampoco se libraron a la hora de recibir nuevos y entretenidos juegos que siguiesen la tónica establecida por Super Sprint y compañía. Esta vez fue Orbital Media la encargada de lanzar en Game Boy Advance Racing Gear Advance, el que es a mí juicio uno de los juegos más completos de este tipo. Atravesaremos 25 circuitos muy variados y realmente bien recreados donde las mejoras de nuestro coche cobran un papel mucho más importante que en otros juegos similares. Se hacía totalmente imprescindible ir adaptando el vehículo y variar sus componentes dependiendo de las exigencias del terreno para poder quedar el primero de los ocho participantes. Los coches que conforman el plantel, al igual que en Power Drive, pertenecen a marcas conocidas y como viene siendo costumbre podíamos modificarlos con armas de todo tipo. Racing Gear Advance no es sólo uno de los mejores juegos de carreras con vista isométrica, sino posiblemente el mejor de la consola junto con los F-Zero y Mario Kart.

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Driift Mania

Nos adentramos en la nueva generación para presentar Driift Mania de Konami, un gran homenaje a Super Off Road que podéis encontrar en el servicio de descargas Wiiware. Variedad de coches, 15 circuitos diferentes, carreras en distintos medios, posibilidad para hasta 8 jugadores y mucho entretenimiento. Sus modos de juego están enfocados al multiplayer, y en ellos podemos encontrar pruebas como la típica patata caliente o contaminación, donde tenemos que ir tocando a los demás participantes para infectarlos. Driiftmania luce un aspecto gráfico que roza el cell shading y sus circuitos están bien pensados, sin caer en la monotonía y ofreciendo al jugador diferentes variables para hacerse con la victoria.

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Horror Racing

Los móviles tampoco se libran de recibir juegos pertenecientes a este género. Concretamente en Iphone tenemos la posibilidad de jugar a Horror Racing de  Chillingo, un entretenido enfrentamiento entre cuatro bizarros vehículos armados hasta los dientes y que manejaremos mediante un volante en la pantalla del propio móvil. Existen cinco persoajes seleccionables y tres modos de juego: historia, carrera rápida y escaramuza. Técnicamente no está nada mal y mantiene intactas todas las virtudes que han hecho de los juegos de carrera de este tipo una divertida alternativa a los simuladores más reales. Podéis conseguirlo por 2,99$ o descargar una versión free desde App Store.

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Hasta aquí llego con este homenaje a un tipo de juego que desde siempre me ha parecido entretenido y directo, ideal para desconectar de grandes super producciones y pasar un buen rato sin complicaciones. Me dejo bastantes atrás, pero he querido hacer esta selección con los que a mí juicio han sido los más destacados. ¿Le tenéis especial cariño a alguno de ellos?.

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