Diez motivos para… odiar el multijugador online

Escrito por en Artículos - 29 noviembre, 2009

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El modo multijugador online está a la orden del día. Es divertido, alarga la vida de los títulos y siempre es cool decir que echas partidas en red con los colegas. Si un juego en la actual generación no lo incluye, automáticamente es criticado y recibe –por norma- un punto menos en todo análisis que se precie. Pero, ¿realmente es un añadido imprescindible? ¿Cómo serían nuestras vidas si no tuviésemos la oportunidad de jugar por Internet? Os propongo diez motivos por los que todo gamer debería odiar el multijugador online, a pesar de lo que digan los “grandes del sector”.

  • La conexión a la red en nuestro país deja mucho que desear. El lag, salvo honrosas excepciones, es un claro ejemplo de lo poco agradables que pueden resultar esas partidas en las que, cuando creías que habías matado a alguien, de repente te hallas tirado en el suelo a la espera de la siguiente ronda. Eso si el problema viene de la conexión y no de una mala optimización del juego en sí…
  • Y hablando de optimización, el problema es que a veces estas cosas se hacen mal y rápido. Vamos, que se quiere meter con calzador un modo de juego que seguramente ni hace falta. Sólo hay que leer estas interesantes declaraciones para confirmar lo que muchos de nosotros ya nos imaginamos. Bioshock y Mass Effect son perfectos para la mayoría de jugones únicamente con el Single Player, ¿o no?
  • La frustración que puede sentir alguien al jugar con la panda de prepotentes que pueblan la red es algo por lo que, en más de una ocasión, una persona puede dejar de lado el multijugador de cualquier título. ¿Acaso la peña no ha sido novata (n00b) o no muy ducha en un videojuego como para tratar así a los demás? ¿Es realmente necesario mearnos en la cara de todo aquel al que pisoteemos o destrocemos vía online? Probablemente sí. Lo malo es cuando pierdes.

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THIS is living

  • ¿De verdad hay que aguantar a gente que, sin permiso, se cuela en la intimidad de tu casa a base de comentarios por micrófono en mitad de una partida? ¿Es necesario brindar esa oportunidad a quinceañeros con acné que, probablemente, no llegarán a conocer el calor de una buena mujer? Más de una vez –y de dos- uno quisiera estrangular con el cable de ese instrumento del demonio a alguno de sus usuarios…
  • Jugar online implica tener que aguantar muchas partidas en las que serás aplastado sin misericordia. Lo malo es que tú sabes que ese juego se te da mucho mejor de lo que estás demostrando, pero nunca llegarás a hacerte respetar porque la red está plagada de tramposos que, no sabemos a santo de qué, prefieren usar modificadores que hagan que tu cabeza explote con un único disparo, aunque éste fuese dirigido a la pared más cercana. Los conocidos como “chetos” son otro motivo por el que es mucho mejor disfrutar de una IA deficiente antes que acabar de los nervios compitiendo contra desconocidos. Por cierto, ¿habéis oído hablar del lag switch? Yo lo descubrí hace poco, y es la práctica más lamentable que conozco para hacerse notar y quedar entre los primeros puestos de un shooter, por ejemplo.
  • A veces no es cuestión de que la gente haga trampas, sino que la pasividad de algunos jugadores para sobrevivir una partida tras otra hace que te aburras como una ostra. Esta práctica puede provocar el típico resoplido que anuncia la -más que probable- desconexión del usuario que haya sufrido la ira del campero, como todos conocen a este tipo de jugador. Un auténtico coñazo. Yo ya sé de gente que ha vuelto al online del primer Modern Warfare porque los mapas multijugador del segundo invitan demasiado a llevar a cabo esa táctica.
  • En algunas plataformas hay que pagar para jugar conectado. Sí amigos, aunque la calidad de las partidas sea claramente superior y el servicio inigualable, es un auténtico despropósito que haya que soltar pasta para disfrutar de algo que otras personas tienen gratis. Y queda muy feo señalar…
  • Conectarte con los amigos, que en definitiva es lo que mola del multijugador, a veces resulta complicado. Si no estás acostumbrado a jugar en red, puede llevarte bastante tiempo entre que intentas crear una partida y les dices a todos tu ip u otras direcciones o nombres de partida que nunca encontrarán. Al final acabas aburrido de intentarlo y quedas con ellos para que vayan a tu casa al día siguiente. Aunque cuando llegan hay otro problema…

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Así, chicos, sí mola jugar en red

  • Como el estudio en cuestión se ha partido los cuernos para conseguir el modo multijugador que revolucionase el panorama videojueguil, han dejado de lado un pequeño detalle que en más de una ocasión ha jodido la tarde de dos colegas que no pretenden hacer daño a nadie echando un ratejo en casa: su título preferido no tiene multijugador local a pantalla dividida, o si lo tiene es una mierda como una casa y necesitan cuatro consolas con cuatro juegos iguales para poder echar una partida a dobles. Al final esos dos amigos acaban haciendo daño a muchas personas: primero despotrican todo lo posible en foros y blogs, escribiendo chorradas que todos tenemos que aguantar y que no solucionan nada porque el juego “ya es así”; después llaman a la distribuidora del juego y se cagan en la madre de todo el que coge el teléfono, y por último intentan hacerse daño a sí mismos comprando una Wii para, por fin, poder jugar con familia y amigos. Eso si no acaban desempolvando la Nintendo 64 (o la Game Cube) para jugar a Super Smash Bros. (o Melee), que no tiene online ni lo necesita, ya que así es más divertido que todo lo que hay ahora.
  • Y si consigues engancharte, al final te acabas olvidando de la Vida RealTM y descuidas a tus amigos. El mejor multijugador, al final, es irte al parque más cercano y echar un partido de fútbol con los colegas. Y ahí ni hay lag, ni lag switch, ni camperos, ni chetos, ni cables, ni micros, ni noobs ni ná de ná. Eso sí, habrá rabonas, bicicletas y golazos que te dejarán como un auténtico novato, te harán gritar a todos los de tu equipo barbaridades y quejarte del pescaero que estaba en fuera de juego en tu campo, y acabarás llegando igual de cabreado a tu casa si no ganaste el partido. Pero al menos habrás hecho deporte.

Como comprobaréis, la mayoría de ejemplos están enfocados a los FPS, pero se pueden extrapolar muchos de ellos a otros juegos en los que puedas conectarte. En El Píxel Ilustre no queremos excluir a nadie: al final con World of Warcraft acabarás perdiendo a tantos o más amigos que con Counter-Strike, y encima tendrás que pagar como si estuvieras conectado en cierta consola. ¡A ver si los peceros os creíais que os ibais a librar de soltar guita!

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