Análisis: FUEL

Escrito por en Análisis - 21 julio, 2009

FUEL

Antes de comenzar este análisis, he de reconocer que no soy precisamente un entusiasta de los juegos de coches o la velocidad. De hecho, el último juego de carreras que me terminé fue el Lamborghini (sí señores, el de Titus), y posiblemente lo que me motivó a seguir jugando fueron las apuestas y las mejoras para el coche que se podían comprar. Con este FUEL me ha pasado algo parecido, lo que me ha motivado a dedicarle más de veinte horas no ha sido la conducción en sí, sino la cantidad de vehículos y pijadas para el protagonista que puedes desbloquear. Ahora bien, ¿Es eso bueno?

Sin lugar a dudas. Fuel no es realista, su física es más falsa que un billete de tres euros, las colisiones son de chiste, los saltos estilo gravedad lunar irrisorios, la IA es una tramposa de cojones y algunas carreras son prácticamente imposibles. Pero es divertido. ¿Y sabéis por qué? Porque a los que la física de los coches, el realismo en las colisiones y la gravedad terrestre nos la suda, lo único que nos importa es llegar a la meta antes que cualquier otro cabronazo. Y para eso, FUEL y su inteligencia artificial tramposa es muy bueno. Y es que aunque suene a coña, nuestros competidores irán siempre a toda hostia, tomando curvas perfectas y sin salirse un palmo del trazado… pero al final bajarán el pistón y nos darán la oportunidad de adelantarlos en la última recta. ¿Por qué? Pues porque así es más emocionante y menos desesperante, por eso.

Ahora bien, no os vayáis a pensar que siempre es tan fácil como aguantarle el ritmo al primero para pasarlo en los últimos 500 metros. Esa táctica funciona en el nivel de dificultad más bajo, ya que en cuanto nos pongamos serios tendremos que hacer carreras perfectas (en serio, perfectas) si queremos rascar algo. Y hay ocasiones en las que ni siquiera una carrera perfecta nos valdrá, ya que la IA no solo sabe dejarse ganar. En el nivel de dificultad más elevado también sabe hacernos morder el polvo en un visto y no visto. Además, en FUEL no hay podio, eso del segundo y tercer puesto es para las nenas. Aquí solo hay glorioso campeón y sucios perdedores. Y tras una carrera de diez minutos créeme, quieres ser el primero en cruzar la línea de meta.

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Antes de hablar sobre el apartado técnico voy a hacer un alto en el camino para el modo libre, que viene a ser como jugar a un “sandbox” montado en moto. Mientras estés en este modo no tienes que disputar carreras ni ir a ningún sitio en particular. Puedes elegir cualquier vehículo de tu garaje y hacer lo que quieras: darte un garbeo sin más, buscar accesorios para tus vehículos, visitar localizaciones especialmente bellas o dar caza a otros coches. Y todo ello en un espacio de por lo menos un trillón de kilómetros cuadrados sin exagerar. Casi na mostro.

El apartado técnico de  FUEL no destaca especialmente. Sus gráficos, pese a ser vistosos y ofrecer algunos paisajes realmente espectaculares, no son nada del otro jueves. Los modelos de los corredores son simplemente correctos y los vehículos pese a ser llamativos tampoco están especialmente cuidados. El hecho de que todos los corredores sean el mismo sujeto con diferente ropa tampoco ayuda, claro. Los efectos meteorológicos como lluvias, tormentas de arena o tornados sí que están bastante conseguidos, aunque se hecha en falta un poco de barro cuando llueve sobre zonas arenosas… pero bueno, es un detalle perdonable. Lo que no es perdonable es el sonido infernal que emiten la mayoría de vehículos. Y es que a ver, yo no entiendo mucho de mecánica, pero la mayoría de vehículos de FUEL suenan como si estuvieran estrujando a un gato en una prensa hidráulica.

Recapitulando, tenemos un juego de carreras poco realista, con una IA tramposa donde las haya y un apartado técnico normalito… pero que es divertido y entretiene más de veinte horas. ¿Así que con qué cara digo yo que un juego que me tiene todo ese tiempo enganchado no es bueno? ¿¡Con qué cara!?

7

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